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El párrafo
Este recurso le proporciona herramientas para el análisis, la planeación y la escritura de los párrafos en un texto académico. Usted encontrará preguntas y actividades que lo guiarán, desde el reconocimiento visual de un párrafo en un texto ajeno, hasta la escritura de sus propios párrafos. En la primera parte del recurso presentamos las herramientas para reconocer un párrafo (en su estructura externa e interna) y su importancia dentro de los textos académicos; luego, los tipos de párrafo según la estructura general de cualquier texto académico (introducción, desarrollo y conclusión); en una tercera parte, la estructura interna de un párrafo según su función dentro del texto; posteriormente, una sección sobre algunas características de los párrafos (unidad, coherencia y cohesión); y, por último, encontrará una guía para construir sus propios párrafos, basada en lo que tratamos a lo largo del recurso.
*Tenga en cuenta que este recurso se encuentra asociado a un conjunto de ejercicios personalizados que le permitirán poner en práctica los contenidos de esta guía. Para acceder a estos ejercicios, por favor haga clic aquí.
Observe atentamente el siguiente texto y responda las siguientes preguntas:
Quienes nos dedicamos al estudio de la religión y la teología en Latinoamérica nos vemos enfrentados al reto de aproximarnos a unos fenómenos que, en muchos espacios académicos, suelen identificarse como "conservadores" y "retardatarios". Según el "sentido común académico" aún dominante, estos fenómenos poco pueden aportar a la profundización de una democracia real más amplia.
Ahora bien, justamente cuando nos adentramos abiertamente en el estudio de los fenómenos religioso-teológicos, nos damos cuenta de su complejidad, riqueza y multidimensionalidad. Estas características, no obstante, solo se revelan si, como investigadores, asumimos una perspectiva teórica o metodológica apropiada o si la praxis misma nos fuerza a ver la multiplicidad de colores que posee aquello que anteriormente solo se nos presentaba en una tonalidad de grises.
En este sentido, por ejemplo, la historia latinoamericana de las religiones nos muestra que, en conjunto con el catolicismo, en Latinoamérica siempre ha existido una gran cantidad de manifestaciones religiosas sumamente plurales que no suelen ser tenidas en cuenta por algunas de las miradas académicas, lo que contribuye a disminuir aún más su relevancia social (Córdova 2014). De forma similar, la sociología latinoamericana de las religiones ha mostrado que incluso la idea de una Latinoamérica católica debe ser matizada a partir de la naturaleza ecléctica y diversa del llamado catolicismo popular (Parker 1993).
Fragmento extraído de Aguirre (2021, p.77).
A partir de la lectura de este fragmento, puede concluirse, en primer lugar, que:
Externamente, el texto está dividido en tres párrafos. Sabemos que son párrafos porque inician con mayúscula y terminan en un punto aparte.
Ahora relea atentamente el mismo texto y considere:
Internamente, en un párrafo, la relación de las oraciones no es aleatoria. Si nos fijamos en el texto, todas las oraciones que componen los párrafos giran alrededor de un solo tema: el estudio de la religión y la teología. Podemos decir, entonces, que dentro de un texto académico los párrafos desarrollan un tema específico. Al mismo tiempo, cada párrafo desarrolla una idea central.
Y si es una solo una idea central, ¿por qué tenemos tantas oraciones?
Bueno, generalmente los párrafos se componen de una idea central, resumida en una oración. Las demás oraciones corresponden a ideas secundarias que desarrollan esa idea principal.
Teniendo en cuenta lo anterior, ¿podría identificar la oración que resume la idea central del siguiente párrafo?
Con las glosas, los comentarios críticos y los ensayos de Hernando Téllez publicados en periódicos y en sus libros, jóvenes que hacia 1945 rondaban los veinte años aprendieron en Colombia a leer literatura. Hoy se sabe que entonces, cuando la República liberal tocaba a su fin, uno de esos jóvenes se llamaba Gabriel García Márquez, y algún otro Álvaro Mutis. Lo mismo vale para quienes hacia 1957, con una edad parecida, realizaron un aprendizaje paralelo. Libros de Téllez como Luces en el bosque (1946) y Literatura (1952), sus artículos, reseñas y notas aparecidos en diarios y revistas como Mito, estuvieron entre aquellos escritos que los llevaron a criticar y oponerse activamente a los personeros del poder institucionalizado.
Fragmento extraído de Rincón (2016).
En efecto, la idea principal de este párrafo se resume en su primera oración: con Hernando Téllez se aprendió a leer literatura en Colombia. Las demás oraciones son algunos ejemplos de aquellos jóvenes que aprendieron a leer junto con el crítico literario y los libros más significativos que permitieron este aprendizaje. Así, las demás oraciones se encargan de ampliar la información contenida en la primera.
¿Cuál es la importancia de los párrafos en la escritura académica?
¿Podríamos desarrollar todos estos puntos en un solo bloque textual? |
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Veamos un ejemplo:
A pesar de todo, a pesar de la habilidad con que el escritor introduzca en su texto una cita famosa, si ella no viene espontánea y naturalmente como derivación de su sentimiento, el artificio se adivina. Basta, para descubrir la superchería, un poco de experiencia intelectual. No se requiere mucha, sino más bien una cierta predisposición, un cierto olfato para percibir la falacia de que el escritor quiere servirse para sobrevalorar su propia creación, darle lustre y buen parentesco. A leguas, como se dice ordinariamente, se advierte el trabajo de embutido y de incrustación llevado a cabo por una necesidad externa de adorno y decoración y, desde luego, por la urgencia de aparentar una sabiduría o una erudición o un conocimiento o una información más honda o más extensa de la que se posee.
El párrafo con el que se introduce el texto nos presenta el tema del cual se hablará: el uso de citas artificiales en los textos. La primera oración del primer párrafo resume, además, el objetivo del artículo: defender que, cuando la cita no es producto de la espontaneidad, se torna un recurso artificial. A la afirmación que se quiere defender a lo largo de cualquier texto argumentativo la llamamos tesis.
En todas las literaturas ocurre algo semejante. Pero es más común y corriente el procedimiento señalado en las de escaso desarrollo y corta tradición, como son, por ejemplo, las literaturas hispanoamericanas. Es obvio que en este tipo de literaturas —por razones de diverso orden implícitas en el conjunto de circunstancias históricas que inciden en el hecho y lo condicionan y modelan— el fenómeno de la inautenticidad y la simulación de cultura sea mucho más frecuente que en las literaturas europeas. La inautenticidad del conocimiento se disimula, o trata de disimularse, con el artificio de las citas. De ahí que no resulte difícil adivinar por dónde y en qué momento está pasando por un texto el engañoso gato literario en cambio de la verídica liebre.
Este párrafo y los dos párrafos siguientes tienen como objetivo desarrollar la tesis que se presentó en el primer párrafo. Aquí se añade información que será útil para argumentar la tesis, como que se refiere, específicamente, a la literatura hispanoamericana.
Se pueden ofrecer unas pocas pistas. Cuando un escritor colombiano cita a Montaigne para repetir que el hombre es materia mutable, etc., se puede garantizar que no ha leído a Montaigne sino a Barba-Jacob, uno de cuyos poemas lleva como epígrafe, en español, la resabida frase; otra garantía igual del desconocimiento del autor si la cita de Goethe se refiere a la preferencia de la injusticia al desorden, y exactamente la misma ignorancia se puede avalar si de Ortega y Gasset se menciona, sin ningún rubor, su definición del yo y su circunstancia. Y de Pascal no habrá mejor indicio de que se lo desconoce si la cita es la de la caña pensante o la de los caminos que andan. Todas estas y muchas otras existen, convertidas en moneda de cobre, en calderilla verbal, en lugar común, desprendidas del respectivo contexto, caídas en la circulación vulgar y en el uso público, transformadas en bien mostrenco, famosas y desacreditadas como algunas mujeres.
En este párrafo, que también hace parte del desarrollo, el autor empieza a argumentar mediante ejemplos o “pistas” la tesis sobre la artificiosidad de las citas en la literatura hispanoamericana.
Pero hay más indicios. La Biblia es otro expediente para disimular miserias y poquedades intelectuales. Sin embargo, a primera vista se descubre al contrabandista del salmo, de la sentencia, del proverbio, de la profecía; a primera vista se transparenta el truco de quien, sin ninguna familiaridad con el libro sagrado, se sirve de él como de un diccionario de citas para buscar la que le conviene y colocarla en el pórtico de un libro o deslizarla en un artículo con la finalidad de que se crea que su trabajo es el fruto de una larga y profunda comunicación con la palabra de los profetas y los evangelistas. El ser o no ser de Shakespeare, el pienso, luego existo de Descartes, la pérdida de las cadenas para el proletariado de Marx y Engels, el opio de los pueblos de Lenin, el to the happy few de Stendhal, la mortalidad de las civilizaciones de Valéry, los buenos sentimientos y la mala literatura de Gide, la náusea de Sartre y el humanismo-rebeldía de Camus son otros terribles lugares comunes de que se valen el neófito, el iniciado y el simulador para dar el esquinazo literario, para tratar de no dejarse sorprender en flagrante delito de artimaña.
En este párrafo, que también hace parte del desarrollo, el autor sigue argumentando mediante ejemplos o “pistas” la tesis sobre la artificiosidad de las citas en la literatura hispanoamericana.
El pudor literario, la sana vergüenza intelectual que se requieren para no incurrir en la cita vulgarizada parece que es consecuencia de una honesta cultura. Una honesta cultura no agota, como a veces se supone, la totalidad del conocimiento, sino que deja libres e inexploradas muchas zonas. Pero el saber que ellas existen impide a quien tiene esa certidumbre escribir o hablar sobre lo que ignora. En estos países jóvenes, desordenados y vanidosos, lo que se acostumbra, literariamente hablando, es andar siempre a caza de citas para ahorrarse el trabajo de leer, completos, a los autores. Pura actitud de inmadurez. Literariamente, Hispanoamérica da, a veces, la impresión de una gran casa de citas en la que, desde hace un poco más de veinticinco años, los nombres de Joyce, Proust y Kafka sirven como grandes coartadas, como grandes máscaras para disimular —echando mano de los consabidos y ya impúdicos lugares comunes acuñados sobre la significación de sus obras— todo cuanto sobre esas mismas obras se ignora. La cita literaria, en estas latitudes del trópico, no puede aceptarse sino con beneficio de inventario.
El tiempo, 24 de julio de 1965
En este último párrafo, el autor retoma algunas ideas que había desarrollado en párrafos anteriores para darle un cierre a su texto, como aquella idea de la inmadurez de la literatura hispanoamericana. Cierra, además, con la tesis inicial, pero en otras palabras: el uso de las citas en la literatura hispanoamericana es tan artificial que solo puede entenderse como un “inventario”.
Como hemos visto hasta aquí, los párrafos nos permiten organizar el texto a partir del principio estructural de cualquier texto académico: introducción, desarrollo y conclusión. Cada párrafo contribuye al desarrollo de alguna de estas tres partes del texto. Además, cada párrafo en sí mismo desarrolla una idea principal que, sumada con las demás ideas principales del texto, construyen un texto académico coherente.
¿Escribiría estos párrafos de la misma forma? ¿con la misma estructura?
En cuanto a recursos hídricos renovablesDesde la primera oración, el autor menciona el tema general del cual tratará su texto. per cápita, Colombia ocupa el puesto 20 en el mundo y, por tanto, es uno de los países con mayor producción de este recurso. En medio de esta percepción de abundancia se encuentra la provincia del Guavio, zona de páramoAdemás, menciona el contexto geográfico en el cual se sitúa su investigación: Guavio, Colombia., que produce el agua para abastecer alrededor del 50 % de los más de 8 millones de habitantes de Bogotá (Cámara de Comercio de Bogotá, 2010). Sin embargoEl conector nos advierte que, contrario al panorama positivo que el autor nos presenta en las primeras oraciones, viene algo negativo: el problema. , sus acueductos presentan serias deficiencias en la gestión del recurso. De acuerdo con los escenarios de cambio climático que ha construido el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales – IDEAM, se considera que hacia 2050 el 60 % de los páramos en Colombia habrán desaparecido (Posada, 2007). Esto señala la importancia de entender cómo la gestión va más allá de la distribución o la disponibilidad, para concentrarse en el aspecto cultural de consumo racional, tanto en épocas de abundancia como de escasez, dentro de un enfoque de gestión comunitaria del recurso hídricoPor último, la oración final contiene la tesis del autor, aquello que defenderá a lo largo de su texto. Esta tesis se constituye como la idea principal del párrafo..
Fragmento extraído de Ramírez Cajiao et al. (2019, p. 77).
Por la disposición de la información en este tipo de párrafos, suele recomendarse una estructura de lo general (el tema) a lo particular (la tesis o hipótesis, si aplica). En ese sentido, la idea principal suele ubicarse al final del párrafo.
2. Párrafos de desarrollo: su función es ampliar el tema principal del texto y, en los casos en los que se propone una tesis, su función será defenderla. Cada párrafo de desarrollo elabora una idea principal. Por eso, en este tipo de párrafos suelen utilizarse múltiples procedimientos.
Para la OMS (2015)Suelen usarse fuentes externas para especificar la forma en la que se usará el concepto. , la pérdida de audiciónComúnmente, la primera oración presenta el concepto que quiere definirse o ampliarse. En este caso, el autor ha señalado con cursiva el concepto clave.
Dado que el objetivo del párrafo es definir o ampliar un concepto, la idea principal de este tipo de párrafos corresponde a la definición general que usará el autor en su investigación. se define como la incapacidad de oír o cuando la disminución en la audición supera los 25 dB. La pérdida de audición se clasifica en leve, moderada, severa y profunda, afecta a uno o ambos oídos, y provoca dificultades para escuchar una conversación o sonidos fuertes. De igual formaLos conectores discursivos de adición como “de igual forma” o “adicionalmente” son usuales en este tipo de párrafos, pues permiten comunicarle al lector que lo que sigue será una ampliación de ese concepto inicial., la American Speech-Language-Hearing Association se refiere a la pérdida de audición según tres aspectos: tipo de pérdida, grado de intensidad y configuración de la pérdida de audición. Según el grado de intensidad de la pérdida de audición, la clasifica en: normal, –10 a 15 (dB); ligera, de 16 a 25 (dB); leve, de 26 a 40 (dB); moderada, de 41 a 55(dB); moderadamente severa, de 56 a 70 (dB); severa, de 71 a 90 (dB), y profunda, más de 91 (dB).
Fragmento extraído de Díaz-Franco et al. (2021, pp. 2-3).
La idea principal de este tipo de párrafos suele ubicarse al principio, momento en el que se menciona el concepto que se quiere explicar.
La investigación experimental ha mostrado que el uso de imágenes como una forma de
transmitir información a los votantes es importante para el proceso de toma de decisiones.Esta oración corresponde a la afirmación que se pretende sustentar a través del párrafo.
La tesis del texto, seguramente, está relacionada con esta afirmación.
Al ser la afirmación que
quiere sustentarse, la idea principal del párrafo se encuentra en esta primera oración. Así
mismo, esta idea corresponde a la conclusión del argumento. A lo largo del párrafo, esta afirmación se
defenderá mediante un conjunto de premisas. Brader, Valentino y
Suhay (2008)El objetivo de este tipo de párrafos es demostrar la veracidad de la
afirmación que se hace en un comienzo. Así, en este caso particular, el autor se basa en otras
investigaciones que han mostrado conclusiones similares a la que se presenta en la primera oración. Cada una
de estas investigaciones constituye una premisa en el argumento del autor. Recuerde que, en
un argumento, las premisas son el conjunto de razones que sustentan una conclusión., por
ejemplo, afirman que las señales respecto del origen étnico de inmigrantes condicionan las respuestas emocionales a
la inmigración. Aguilar, Cunow y Desposato (2015), por otro lado, miden la brecha de género en el apoyo a los
candidatos utilizando un voto hipotético que variaba aleatoriamente el género del candidato. Ellos indican que
existe un sesgo profemenino entre los encuestados brasileños. Berinsky, Chatfield y Lenz (2019) informan de dos
experimentos que miden el efecto del dominio facial en el voto. Encuentran que, en contextos de guerra, los votantes
prefieren un líder de apariencia más dominante, mientras que lo contrario es cierto en contextos de paz. Stiers y
Hooghe (2020), finalmente, muestran que el uso de imágenes para evaluar el conocimiento político reduce el efecto de
la edad: la brecha entre los encuestados mayores y los más jóvenes en el conocimiento político se reduce cuando se
usa información visual.
Fragmento extraído de Segovia (2021, p. 9).
La idea principal en este tipo de párrafos suele ubicarse al principio o al final. La posición depende del orden en el que se desarrolle el argumento. Recordemos que, sin importar el tipo de argumento que desarrollemos, debemos construirlo a partir de premisas y una conclusión. La conclusión —la idea principal del párrafo— podrá ir entonces al principio o al final.
Alejandra Pizarnik y Sylvia PlathAl comienzo del párrafo
suelen ubicarse los elementos que serán comparados. En este caso son dos escritoras. nacen en
los años treinta, en polos opuestos del continente americano: Avellaneda y BostonEste párrafo presenta similitudes entre las dos autoras, pero también algunas
diferencias, como su lugar de origen. . Sus vidas transcurren sin llegar nunca a cruzarse,
aunque ambas fueron becarias Guggenheim, pasaron temporadas en geografías cercanas y eran figuras reconocidas en el
ámbito literario internacional. Más allá de una sutil línea genealógica, estas mujeres compartieron contextos
históricos, sociales y culturales que indudablemente dejaron huella en su obra poética. En este tenor, no es coincidencia, ni hecho atribuible a una suerte de universalismo
poético, que compartan lecturas, registros, tópicos, intereses temáticos o estéticos, y hasta experiencias
vitales.Comúnmente, los párrafos comparativos tienen como objetivo sustentar, a través
de la comparación, una idea. Esa idea es la idea principal del párrafo y los criterios de
comparación son las ideas secundarias.
En este caso particular, el autor del texto quiere argumentar
que, sin importar las diferencias señaladas en la comparación, estas dos autoras comparten distintos
aspectos.
Fragmento extraído de Ferrero (2021, p. 200).
Como en el párrafo argumentativo, el orden de las ideas en el párrafo comparativo es variable. La idea principal podrá ir al inicio o al final del párrafo. Lo importante es que señale el objetivo de la comparación que se llevará a cabo o presente los elementos y criterios de la comparación.
3. Párrafo de cierre: su función es presentar las conclusiones del texto. Es común presentar un resumen de las ideas principales de todo el texto (presentar en un solo párrafo las ideas principales de los demás párrafos) y dejar la discusión abierta a aspectos que no se hayan desarrollado.
En conclusiónEste tipo de párrafos suelen iniciar con un conector que remarque el final del texto., existe evidencia suficiente para considerar el potencial de las hojas de yuca como una fuente nutricional alternativaLa primera oración nos presenta la afirmación de la hipótesis que el autor se había planteado al inicio de su texto. siempre y cuando se logren superar varios de los obstáculos mencionadosLos obstáculos que resume el autor a continuación están relacionados con el desarrollo del texto y los datos que se obtuvieron. en este trabajo: generar conocimiento sobre las bases genéticas asociadas con la acumulación de micronutrientes, identificar y desarrollar las variedades adecuadas (alto valor nutricional y bajos valores de compuestos cianógenos) e identificar un método de cocción adecuado que permita la eliminación de compuestos cianógenos sin perder las cualidades nutricionales. Este trabajo debe estar acompañado de iniciativas y campañas pedagógicas, educativas y publicitarias que permitan la mejor y adecuada adopción de este subproducto de la yucaPor último, se señala el alcance que tuvo la investigación para el campo estudiado y aquello que puede ampliarse en futuras investigaciones..
Fragmento extraído de Díaz y López (2021, p. 242).
Aunque este tipo de párrafos recoge las ideas principales de todo el texto, normalmente la idea principal es la reafirmación de la tesis o la hipótesis que se planteó el autor al inicio del texto. Esta idea principal suele estar al comienzo del párrafo o al final.
En términos de concepción del lenguaje, la idea actual de centros y programas de
escritura es notoriamente distinta a la de sus orígenesLa idea principal de este
párrafo la constituye la primera oración. Es común -y aconsejable- que la idea principal sea una sola
oración. Por eso, al finalizar la idea principal encontramos un punto seguido.
Esta idea principal
nos sitúa, además, en el tema del texto: los centros y programas de escritura.. En aquellosFíjese en los marcadores textuales que, sin repetir
las mismas palabras, nos indican que se sigue hablando de lo mismo que en la oración anterior. En este caso
puntual, la palabra “aquellos” refiere a los centros de escritura. que se podrían identificar
como los primeros centros de escritura, la manera de abordar el lenguaje redundaba en métodos complementarios de
enseñanzaLa idea principal nos señala el cambio que se ha
dado en la concepción del lenguaje de los centros de escritura. Entonces, esta idea secundaria tiene como
objetivo ampliar cuál era esa concepción anterior.; como bien lo señala Elizabeth H. Boquet,
“el laboratorio de escritura de principios del siglo XX fue concebido no como un lugar sino como un método de
instrucción” (1999, p. 466, traducción propia). Tales métodosEsta nueva oración sigue hablando de los centros de escritura del pasado. El autor del
texto señala esta conexión con la expresión “tales métodos”: los del pasado, que se
mencionaron en la oración anterior.
Este tipo de expresiones permiten darle cohesión
al párrafo. La cohesión se refiere a la capacidad que tienen las oraciones de relacionarse entre sí, es
decir, que cada oración se comunique lógicamente con las demás.
Tenemos distintas herramientas para
darle cohesión a un párrafo. Por ejemplo, el autor de este texto usa expresiones que
refieren a elementos que aparecían en la oración anterior, como “aquellos” y “tales”. También podemos usar
conectores discursivos. En ocasiones, basta con una puntuación
adecuada para que nuestro párrafo tenga cohesión. se habían concebido para estudiantes con
dificultades en asuntos formales, como gramática (Waller, 2002), lo que distaCon este verbo se nos indica la comparación que quiere establecer el autor entre la
concepción de estos centros en el pasado y la de ahora, refiriéndose nuevamente a la idea principal. Aquí,
aunque el autor esté dejando de lado los centros del pasado y volviendo a los centros de escritura de la
actualidad, nos lo está indicando con este verbo. Este mecanismo también hace parte de la cohesión del
texto. de la actual aproximación de los centros y programas de escritura al carácter situado
del lenguaje, que toma en consideración el desarrollo de las habilidades comunicativas como herramienta clave para
el desempeño dentro de comunidades discursivas. En sumaA
este tipo de conectores se les conoce como conectores de cierre, pues señalan el fin del párrafo y, además,
recapitulan lo que se ha dicho hasta el momento. , estos espacios han evolucionado conforme
las nociones sobre la enseñanza de la lengua han mudadoEn
este primer párrafo todas las oraciones giran alrededor de un mismo tema: los centros y programas de
escritura. A esa característica la llamamos unidad..
P¿Qué pasaría si en este segundo párrafo el autor empezara a hablar de comida, por ejemplo? Seguramente nos sorprenderíamos y nos preguntaríamos si seguimos leyendo el mismo texto.
La unidad también aplica a todos los párrafos que conformen el texto: deben girar en torno a un mismo tema.aralelo a este progresivo cambioEl segundo párrafo comienza con este conector discursivo que nos indica continuidad respecto al tema anterior. El autor nos indica que, además de los cambios de los que nos habló en el primer párrafo, hay algo más que desarrollará en este.
Este fragmento del texto traza una relación entre el primer párrafo y el segundo. A esta relación la llamamos coherencia: así como las oraciones deben estar relacionadas entre sí, los párrafos también deben estarlo. Para establecer esas relaciones también podemos usar los conectores discursivos., el modelo de centros y programas de escritura se ha replicado en diferentes lugares del mundo, donde han sido adecuados a los paradigmas del momento y las necesidades culturalesNuevamente la idea principal la encontramos en la primera oración del párrafo. El autor sigue hablando de los centros y programas de escritura, solo que ahora a un nivel de extensión a lo largo del mundo. El autor hace, además, una especificación del lugar que le interesa: Latinoamérica.. Latinoamérica no ha sido la excepción. Las últimas décadas han sido testigo de un creciente interés por el estudio de las prácticas de lectura y escritura dentro del ejercicio de las instituciones de educación superior (en adelante, IES) de la regiónAquí también nos encontramos con expresiones que refieren a elementos de las oraciones anteriores. Aquí, por ejemplo, el autor escribe “región” para referirse a Latinoamérica, mencionada en la oración anterior. Así sabemos que estas oraciones están relacionadas entre sí y que el párrafo tiene cohesión. (Navarro, Ávila-Reyes, Tapia-Ladino, Cristovão, Moritz, Narváez-Cardona & Bazerman, 2016). ElloEsta palabra “ello” se refiere al creciente interés que el autor mencionaba en la oración anterior. ha generado, a su vezEncontramos aquí un conector discursivo de continuidad que nos permite establecer la relación entre oraciones. Como puede notarse, los conectores discursivos también nos permiten darle cohesión al párrafo., un aumento de iniciativas institucionales de promoción de la alfabetización académica (Bazerman & Moritz, 2016; Natale, 2013), en el entendido de este término como equivalente a “ayudar a participar en prácticas discursivas contextualizadas, lo cual es distinto de hacer ejercitar habilidades que las fragmentan y desvirtúan” (Carlino, 2013, p. 370). En otros términosEsta última oración tiene como objetivo decir en otras palabras lo que contiene la cita de la oración anterior. Así, esta expresión nos permite entender la relación entre estas dos oraciones., desde la alfabetización académica se propende a enseñar el lenguaje desde una perspectiva situada, y no desde una concepción formal de este.
Fragmento extraído de Calle-Arango (2020, p. 78).
A partir del ejemplo anterior, podemos decir, entonces, que todos los párrafos deben tener:
En este punto, es probable que usted tenga claridad respecto a cómo hacer sus propios párrafos. Sin embargo, le dejamos algunas recomendaciones que pueden guiarlo en el proceso de planeación y escritura de sus párrafos.
Planeación |
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Escritura |
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Como puede notar, el secreto de un buen párrafo está en su planeación. Una vez se cuenta con el plan de texto, la escritura fluye.
Para un mejor resultado, una vez termine de escribir sus párrafos, léalos detenidamente —o pídale a alguien que los lea por usted—. De esta manera, podrá revisar y editar detalles que se hayan pasado por alto.
En resumen, cualquier texto académico está construido a partir de párrafos, bloques de oraciones que inician en mayúscula y terminan en un punto aparte. Todos los textos académicos, además, deben tener unidad temática y cada párrafo debe contribuir a este único tema. Cada párrafo se estructura a partir de una idea principal, que puede escribirse en una oración, e ideas secundarias que desarrollan dicha idea principal.
Por otro lado, encontramos párrafos de introducción, desarrollo y conclusión, principio estructural de cualquier texto académico. Sin embargo, existen distintos tipos de párrafos, dependiendo el objetivo o la función que cumplan dentro del texto, como los comparativos, argumentativos o explicativos. Eso sí, sin importar el tipo, es importante que cada párrafo cumpla con las características vistas aquí: unidad temática, coherencia y cohesión. No podemos olvidar, entonces, las expresiones de enlace, los conectores discursivos y la correcta puntuación, así como la importancia de planear las ideas y la estructura de los párrafos antes de escribirlos.
Recordemos, por último, que la base de los textos académicos está en la construcción adecuada de oraciones y de párrafos. Podemos tener muy buenas ideas en nuestra mente para el desarrollo de nuestros textos, pero si estas ideas no se organizan adecuadamente, no podremos comunicarlas con claridad.
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