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¿Qué es un texto argumentativo?

Habitualmente, se considera que los textos argumentativos son equivalentes a los ensayos. Sin embargo, cabe preguntarse si, en efecto, todo ensayo es un texto argumentativo.

Considere, por ejemplo, el caso de un ensayo que se ocupe del tema del movimiento Black Lives Matter. En dicho texto, el autor del ensayo describe el origen del movimiento, da cuenta de las motivaciones de quienes lo integran y señala cuáles son sus principales acciones y prácticas. Dada esta descripción, ¿considera usted que dicho ensayo tiene un carácter argumentativo?

En este caso, el ensayo en cuestión es de corte expositivo, mas no argumentativo, pues se limita a describir y explicar (sin ofrecer ni sustentar ninguna postura al respecto) varias características del movimiento Black Lives Matter. En este sentido, no todos los ensayos son textos argumentativos. De hecho, existe una gama muy amplia de ensayos, que se presentan en la siguiente tabla:

Tipo de ensayo

Descripción

Ejemplo

Cronológico

En este tipo de ensayo se describe un proceso siguiendo el orden de su ocurrencia en el tiempo. Se utiliza para relatar hechos históricos, escribir biografías o describir procedimientos.

Un ensayo cronológico podría ocuparse de describir cómo transcurrieron los inicios del movimiento BLM, mediante una reconstrucción minuciosa y secuencial de las primeras marchas en protesta por el asesinato de George Floyd.

De causa y efecto

Este tipo de ensayo expone las causas que ocasionaron un determinado fenómeno, así como las consecuencias o implicaciones derivadas de él.

Un ensayo de causa y efecto podría explicar cómo el racismo sistémico y la brutalidad policial desencadenaron protestas en EE. UU. en el año 2020 y cómo el movimiento BLM tuvo un impacto global.

Comparativo

En este tipo de ensayo se plantean las similitudes, diferencias, contrastes y paralelos que existen entre dos fenómenos, hechos u objetos de estudio.

En un ensayo comparativo se podrían plantear las convergencias y divergencias que existen entre el movimiento Black Lives Matter y el movimiento #MeToo.

Argumentativo

Finalmente, en este tipo de ensayo se propone una tesis con respecto a un determinado asunto, problema o pregunta. Dicha tesis se sustenta mediante un conjunto de argumentos. Este recurso se enfoca en este tipo particular de ensayo.

En un ensayo argumentativo se podría defender la tesis según la cual los miembros del Partido Republicano en EE. UU. debieron haber apoyado al movimiento Black Lives Matter en el año 2020.

Tabla 1. Tipos de ensayos, clasificados según la tipología de Oshima y Hogue (2006).

En síntesis, si bien los textos argumentativos son un tipo de ensayo, no todos los ensayos son textos argumentativos. Entonces, un texto argumentativo se caracteriza por ser un tipo de ensayo que busca sustentar una tesis con respecto a un objeto de estudio, un problema o una pregunta determinada. Para ello, en los textos argumentativos se recurre a argumentos, esto es, conjuntos de proposiciones que se emplean para ofrecer razones o pruebas en favor de una determinada posición.

¿Qué es un texto argumentativo?

¿Cómo planear un texto argumentativo?

La construcción de escritos académicos es un proceso que implica distintas fases: leer, planear, redactar, revisar y editar. Concebir el proceso de escritura de esta forma permite organizar la construcción de textos en distintas etapas. 

Desde luego, la elaboración de escritos argumentativos también puede plantearse desde esta perspectiva. De acuerdo con esto, en este apartado se brindan indicaciones con respecto a una etapa preliminar, necesaria para la construcción de textos argumentativos: el diseño y ejecución de un plan de preescritura.

Un plan de preescritura es una herramienta que permite aproximarse a la definición y articulación de los principales elementos que conformarán un escrito. Si bien estos elementos podrán presentar ajustes o variaciones en fases posteriores del proceso de escritura, resulta útil identificarlos y vincularlos desde la etapa de planeación de un texto. En este sentido, la secuencia que se presenta a continuación ofrece herramientas para definir los componentes básicos de la estructura argumentativa de un texto: el tema y su respectiva delimitación, la tesis de quien escribe y un esbozo de los argumentos que se usarán para defenderla. Entonces, antes de escribir un texto argumentativo, le sugerimos tener en cuenta los siguientes pasos:

1. Elegir un tema

El tema del texto argumentativo es el asunto sobre el cual este versará. En contextos universitarios es usual que el docente de un curso sugiera o indique el tema en torno al que se desarrollará el texto argumentativo. Sin embargo, si usted debe elegir por su cuenta un tema, busque que este sea relevante, que haga parte de discusiones académicas y que sea lo suficientemente profundo como para propiciar múltiples posturas al respecto. El tema para un texto argumentativo puede surgir a partir de una situación o fenómeno que a usted le resulte inquietante o problemático, a partir de un vacío de conocimiento que usted u otra persona hayan detectado o a partir de una investigación o trabajo anterior. En todo caso, su elección del tema debe estar guiada por la consideración de que su tesis y sus argumentos deberán formularse con respecto a dicho asunto.

2. Indagar sobre el tema y comenzar a delimitarlo

Luego de haber elegido un tema para su texto argumentativo, es necesario que usted reflexione en torno a qué conoce al respecto, en qué fuentes podría hallar más información y en qué aspecto específico del tema elegido quisiera enfocar su argumentación. El ejercicio de delimitar el tema elegido es indispensable para que la tesis que se formule en el texto argumentativo tenga un alto grado de especificidad.

3. Definir fuentes bibliográficas y revisarlas

La labor de investigación y delimitación del tema del texto argumentativo debe realizarse a la luz de fuentes bibliográficas. La selección y revisión de fuentes debería permitir que usted profundice en el asunto que escogió y conozca el panorama de lo que otros autores han escrito al respecto. De este modo, usted podrá entender las distintas formas en las cuales el tema elegido se ha analizado y problematizado, así como las diferentes posturas que han sido asumidas por quienes se han ocupado del tema. Acceder a esta información le ayudará a entender cómo su propio punto de vista se inscribe en el marco de una conversación académica más amplia.

Idealmente, las fuentes revisadas para planear un texto argumentativo deben ser académicas, pertinentes y fiables. Para entender los criterios que permiten evaluar fuentes y seleccionar las más idóneas, sugerimos consultar las primeras secciones de nuestro recurso Uso de citas en la escritura académica. Además, tenga en cuenta que la lectura de las fuentes que nutrirán la producción de un texto argumentativo sigue también una lógica de proceso, que implica distintas fases (tales como la revisión preliminar, la primera lectura y la relectura y análisis). La guía general de lectura de textos académicos de LEO ofrece pautas que le permitirán llevar a cabo este proceso.

4. Formular la tesis del texto

Luego de haber elegido un tema y de haber consultado diversas fuentes para delimitarlo y profundizar en su comprensión, usted puede formular la tesis de su texto argumentativo. La tesis es el enunciado que expresa el punto de vista que usted defenderá a lo largo de su texto. En este punto del proceso, le recomendamos revisar nuestra guía sobre cómo formular la tesis de un texto argumentativo. En dicha guía, usted aprenderá que una tesis debe tener tres partes (contexto, unidad de análisis y punto de vista) y debe ser debatible y sustentable.

5. Esbozar los argumentos que defenderán la tesis

Tras formular la tesis de su texto argumentativo, es hora de que usted esboce los argumentos que usará para sustentarla. Los argumentos incluirán las razones, evidencias y datos en virtud de los cuales usted considera que su tesis es válida y debe ser aceptada. Para la construcción de sus argumentos usted puede hacer uso de las fuentes bibliográficas que ya seleccionó y revisó, así como de otros materiales que usted advierta la necesidad de consultar. Nuestra guía sobre introducción a la argumentación  le ayudará a conocer y afianzar las nociones básicas que requerirá para formular argumentos. En esta fase del proceso de construcción de su texto no es necesario que usted escriba cada uno de sus argumentos de forma explícita y enteramente articulada. Esto se hará en la fase de redacción del escrito. Por lo pronto, solo es necesario que usted proponga un esquema, diagrama, esbozo o plan de sus argumentos. Dicho ejercicio debe responder a las preguntas: ¿cuántos argumentos se usarán para sustentar la tesis?, ¿qué tipo de argumento se propondrá en cada caso?, ¿cuál es la conclusión de cada argumento?, ¿cuáles son las premisas de cada argumento?, ¿qué fuentes permiten apoyar o sustentar la formulación de cada argumento?

Luego de desarrollar los pasos anteriores, usted puede diligenciar el formato de planeación de textos argumentativos disponible en el enlace presentado a continuación:

¿Cómo planear un texto argumentativo?

¿Cómo redactar un texto argumentativo?

La ejecución del plan de preescritura, en la fase anterior, le permitirá obtener los elementos esenciales para realizar su texto argumentativo. El siguiente paso en dicho proceso es, entonces, redactar el escrito a partir de los insumos que ya recabó. A continuación, presentamos el esquema de una estructura sugerida para organizar los contenidos de un texto argumentativo. Cabe aclarar que esta no es la única forma posible de estructurar este tipo de escritos. No obstante, el modelo recomendado es común en el ámbito académico y posee una estructura sencilla, divisible en términos de una sección introductoria, una sección de desarrollo argumentativo y una sección de conclusión. En todo caso, recuerde siempre consultar y acatar las instrucciones que recibió para elaborar su texto argumentativo.

1. Sección introductoria

Como su nombre lo indica, este apartado inaugura el texto. En textos argumentativos breves, esta sección puede ser desarrollada en un único párrafo. En el caso de escritos más largos, los elementos que componen esta sección pueden abordarse en múltiples párrafos. De cualquier manera, la sección introductoria de un texto argumentativo debería dar cuenta de los siguientes elementos:

a. Contexto, tema y delimitación
La introducción del texto argumentativo tiene el propósito de contextualizar a los lectores con respecto a aquello que se abordará en el escrito. Por este motivo, es necesario que en este apartado se establezca el tema del texto, se ofrezcan elementos que permitan entenderlo y se definan los aspectos específicos del tema en los cuales el escrito se centrará. Una forma posible de redactar estos elementos consiste en plantear oraciones o párrafos que, inicialmente, aborden el tema del texto de forma general. Luego, se puede dar paso a oraciones o párrafos que particularicen o especifiquen el tema del texto, de forma que este resulte cada vez más acotado.

b. Problema o pregunta
La contextualización y delimitación del tema del escrito permiten que, posteriormente, se plantee de forma concreta el problema o la pregunta que serán abordados en el texto. Recuerde que la tesis del escrito debe responder a dicho problema o pregunta, por lo cual es indispensable que aquellos elementos se planteen de forma explícita y clara. De igual modo, para los lectores debe ser evidente que el problema o la pregunta que se resolverán en el texto se derivan del tema que fue planteado con anterioridad. Por este motivo, busque que la transición entre el tema del escrito y el problema o pregunta sea fluida.

c. Justificación
En la sección introductoria puede ser útil explicarle a los lectores por qué el tema, el problema o la pregunta elegidos son relevantes en el contexto académico. Por ejemplo, es posible que la pregunta que se aborda en el escrito se refiera a un vacío en la investigación sobre un tema, que el enfoque propuesto en el texto resulte único o innovador, o que el asunto desarrollado en el ensayo sea crucial en términos sociales, económicos o científicos. De cualquier modo, justificar la importancia de aquello que se explorará en el escrito contribuye a que la audiencia se interese en leerlo.

d. Propósito del texto
En algún punto de la sección introductoria debe enunciarse de forma directa y explícita el propósito del texto. Este elemento puede expresarse a partir de verbos en infinitivo, asociados con acciones argumentativas, tales como: defender que…, sustentar que…, demostrar que…, argumentar que…, sostener que…, etc. Enunciar el propósito del texto es necesario para que los lectores sepan a qué tipo de escrito se están enfrentando y cuál es la promesa que el autor busca cumplir en él. Es recomendable que el propósito de su texto argumentativo se asocie directamente con la tesis del escrito, el elemento que exploraremos a continuación.

e. Tesis del escrito
 
En la fase de planeación se mencionó la necesidad de formular una tesis que fungiera como columna vertebral del texto argumentativo. Dicha tesis debe plantearse en la sección introductoria del texto, pues las secciones siguientes cumplirán con la función de desarrollarla y sustentarla. Aproveche la fase de redacción del texto para revisar y pulir la tesis que formuló en la etapa de planeación. Una vez más, sugerimos tener en cuenta la guía Cómo formular la tesis de un texto argumentativo. Este recurso le ayudará a escribir una tesis completa, clara y específica.

f. Estructura del texto
Luego de haber establecido la tesis del texto conviene plantear un apartado que dé cuenta de la ruta que seguirá el escrito. Así, dicho apartado le permitirá a los lectores entender la forma en la cual el texto está estructurado, así como los contenidos que se presentarán en él. En este sentido, después de establecer la tesis, se sugiere sintetizar los argumentos del texto y mencionarlos en el orden en que serán expuestos.

2. Sección de desarrollo argumentativo

Luego del apartado introductorio del texto argumentativo se sugiere plantear la sección de desarrollo. Dicha sección contendrá los argumentos que se usarán para sustentar la tesis. En la fase de planeación usted debió haber formulado un esbozo de los argumentos. Ahora, usted deberá redactarlos y articularlos con el resto del escrito. Para llevar a cabo esta labor, tenga en cuenta las siguientes recomendaciones:

a. Escritura de los argumentos
 
A la hora de redactar los argumentos cabe recordar que estos se componen de una o varias premisas a partir de las cuales se infiere una conclusión. Habitualmente, tanto las premisas como la conclusión pueden expresarse en la forma de oraciones que luego se vinculan, mediante conectores discursivos, para formar párrafos de carácter argumentativo. Sin embargo, cabe resaltar que un argumento no siempre se desarrolla en un único párrafo. Así, en el caso de textos extensos o que aborden temáticas complejas, es perfectamente posible que un único argumento se formule en el espacio de varios párrafos (o, incluso, varias páginas). Esto es así en virtud de que el desarrollo de una única premisa (así como su concatenación con las demás premisas y con la conclusión del argumento) puede requerir de una extensión considerable. En este sentido, no existe un número determinado de párrafos que deban conformar la sección de desarrollo de un texto argumentativo. El número de párrafos dedicado a elaborar esta sección variará según cada caso. De cualquier manera, a la hora de redactar un argumento siempre se debe procurar que sus elementos básicos (premisas y conclusión) queden claros y que la forma en que estos se vinculan sea igualmente explícita.  

b. Relación entre la tesis y los argumentos

No pierda de vista que la labor de los argumentos es sustentar la tesis del escrito. De este modo, es indispensable que la conclusión a la que llegue cada argumento contribuya a demostrar la tesis (o sea la tesis misma). Al redactar un argumento pregúntese, entonces, si este incluye y desarrolla conceptos o aspectos relevantes de la tesis y si, de esa manera, el argumento ofrece pruebas o razones para demostrarla. Ahora bien, es posible que la construcción de los argumentos le revele la necesidad de refinar, ajustar o replantear su tesis. También puede ocurrir que, mediante su argumentación, usted descubra una arista nueva o insospechada del tema o el problema. Tome nota de estas observaciones, pues le servirán para construir la conclusión del escrito.

c. Relación entre los argumentos
 
Así como debe existir un vínculo claro entre la tesis y cada argumento, también debe haber una conexión sólida entre los argumentos que componen la sección de desarrollo del texto. Por un lado, esto implica que los argumentos deben ser coherentes entre sí, en el sentido de que no puede haber contradicciones entre ellos (ni entre estos y la tesis). Por otro lado, cada argumento debería aportar una justificación original para la defensa de la tesis. Esto significa que el contenido de un argumento no debería ser repetitivo ni redundante con respecto al de los demás. Por último, al interior del texto los argumentos deberían estar articulados mediante conectores discursivos o expresiones de enlace, de forma que el paso de uno a otro sea lo más fluido posible.

d. Tipos de argumentos
Los argumentos pueden construirse a partir de dos tipos básicos de inferencias: la deducción y la inducción. La diferencia entre ambas radica en el tipo de relación (ya sea de necesidad o de probabilidad, respectivamente) que permiten establecer entre las premisas y la conclusión del argumento. Para explorar más en detalle en qué consiste cada tipo de inferencia, le invitamos nuevamente a consultar nuestra guía sobre introducción a la argumentación. Ahora bien, tenga en cuenta que un mismo texto argumentativo puede incluir tanto argumentos de tipo deductivo como de tipo inductivo. La elección de uno u otro tipo de inferencia dependerá de las características de aquello con respecto a lo cual se esté argumentando, de la información con la que se cuente y del tipo de conclusión a la que se quiere llegar. En todo caso, recuerde que es perfectamente posible que en su texto coexistan argumentos deductivos e inductivos (así como distintos sub-tipos de argumentos tanto deductivos como inductivos). Más aún: estas estrategias argumentativas también pueden complementarse con herramientas como la contraargumentación. De cualquier forma, es necesario que usted tome decisiones conscientes con respecto al tipo de inferencias y estrategias argumentativas. Es decir, usted debería estar en capacidad de saber qué tipo de inferencia o estrategia argumentativa está utilizando en cada caso y por qué optó por dichas alternativas.

e. Uso de fuentes
En el contexto académico, la construcción de argumentos implica también hacer uso de fuentes que les otorguen solidez y sustento. Así, al momento de escribir los argumentos, es recomendable que las premisas que componen a cada uno remitan a datos, evidencias, ejemplos o citas. En este sentido, se sugiere retomar los materiales seleccionados en la fase de preescritura del texto y consultar nuevas fuentes, con el fin de garantizar que cada argumento tenga el debido sustento. Más aún: en la etapa de escritura de los argumentos se requiere lograr una articulación clara y precisa entre las citas de las fuentes y el texto que usted está escribiendo. Para obtener indicaciones sobre el proceso de presentar, insertar y explicar citas dentro de un texto, le sugerimos consultar la segunda sección de nuestro recurso sobre uso de citas en la escritura académica.

d. Falacias
Las falacias son argumentos que aparentan ser sólidos, pero que, en realidad, contienen algún tipo de falla en su inferencia. En el contexto académico, incurrir intencional o inadvertidamente en falacias se considera reprochable, pues hacerlo resta legitimidad al discurso y hace que la defensa argumentativa de la tesis resulte defectuosa. Por este motivo, le invitamos a conocer los distintos tipos de falacias con el fin de evitar incurrir en ellas. Para este fin, recomendamos consultar la guía sobre falacias de LEO.

3. Sección de conclusión

El último apartado que compone la estructura de texto argumentativo sugerida en esta guía es la sección de conclusión. Al igual que lo que ocurre con la introducción, en el caso de escritos breves es posible plantear la conclusión en un único párrafo. No obstante, en el escenario de escritos extensos se recomienda desarrollar este apartado a lo largo de varios párrafos. Ahora bien, al margen de lo anterior se sugiere incluir los siguientes elementos en la conclusión de un texto argumentativo:

a. Recapitulación del recorrido del texto
Los lectores del texto podrían beneficiarse de una síntesis de la ruta que siguió el escrito. En este sentido, conviene retomar el problema o pregunta de los cuales partió el texto y resumir tanto la postura que se adoptó en él como los argumentos utilizados para sustentarla. No obstante, tenga en cuenta que su conclusión no debe limitarse a recapitular lo planteado en el escrito. A partir de allí, pueden formularse los elementos que se sugieren a continuación.

b. Reformulación o refinamiento de la tesis
Como se estableció anteriormente, es posible que a la hora de construir y redactar sus argumentos usted perciba que estos lo obligan a reevaluar o refinar la tesis original de la cual partió. En este sentido, después de la recapitulación de los argumentos de su texto, usted podría describir las formas en las cuales estos implican ajustes, modificaciones o matices para su tesis. Desde luego, también es posible que su tesis se haya visto robustecida tras el ejercicio argumentativo. Así, una explicación de las maneras en las que sus argumentos fortalecieron su tesis también podría figurar en la conclusión de su escrito. De cualquier forma, es útil plantear nuevamente la tesis del escrito, esta vez con los aspectos complementarios, derivados de su refinamiento o su fortalecimiento.

c. Limitaciones del texto y preguntas por resolver
Todos los textos académicos cuentan con limitaciones, es decir, aspectos que no lograron abordar o agotar. Señalar las limitaciones de un escrito permite que los lectores comprendan las formas en las que la discusión sobre un asunto podría seguir avanzando. Por este motivo, la explicación de las limitaciones del texto puede acompañarse de la mención de las preguntas o caminos de investigación que quedan por resolver.

4. Sección de bibliografía o referencias

Al final de todo texto académico es necesario agregar un apartado en el que se enlisten todas las fuentes que usted utilizó para desarrollar su texto. Este listado de bibliografía o referencias permitirá que sus lectores conozcan los materiales de los que usted se sirvió y puedan remitirse a ellos. Las maneras específicas en las cuales se construye la lista de referencias dependen del formato de citación que usted utilice o le haya sido asignado. Le recomendamos revisar los recursos de la pestaña de citas y referencias de LEO para obtener pautas puntuales al respecto.

¿Cómo redactar un texto argumentativo?

¿Cómo revisar y editar un texto argumentativo?

El último paso, que será crucial para finalizar y publicar su texto argumentativo, consiste en releerlo y revisarlo con detenimiento con el objetivo de identificar y corregir errores. Para hacer esto, tenga en cuenta las siguientes recomendaciones:

  • En la medida de lo posible, distánciese del texto durante algunos días u horas. Esto le permitirá retornar a él con una mirada renovada y crítica.
  • Verifique que su escrito cuente con los parámetros de presentación que le hayan solicitado. Aquí se incluyen tanto disposiciones específicas de formato (número de páginas o palabras, tipo y tamaño de fuente, etc.) como pautas asociadas a estilos de citación (APA, MLA, Chicago, IEEE, etc.).
  • Revise que todas las fuentes que usted incorporó a su texto estén articuladas con el escrito y estén correctamente citadas y referenciadas.
  • Evalúe la construcción y la extensión de cada una de las oraciones de su texto. Verifique que cada oración esté bien estructurada y que su uso de los signos de puntuación haya sido correcto.
  • Constate que cada párrafo cumpla con una función específica y que la conexión entre las oraciones que lo componen sea clara y fluida. Pregúntese, también, si el vínculo entre los párrafos de su texto es evidente y preciso.
  • Relea el texto en voz alta y de manera pausada. Esto le permitirá advertir errores de puntuación, ortografía y construcción de oraciones y párrafos.
  • Asegúrese de que su texto argumentativo tenga una sección introductoria que incluya los aspectos sugeridos en esta guía.
  • Asegúrese de que su texto argumentativo parta de una tesis que tenga las características sugeridas en la guía sobre cómo formular la tesis de un texto argumentativo.
  • Asegúrese de que su texto argumentativo incluya una sección de desarrollo que cuente con argumentos presentados y articulados según lo recomendado en este recurso.
  • Asegúrese de que su texto argumentativo posea una sección de conclusión que incluya los aspectos sugeridos en esta guía.
  • Solicítele a otras personas que lean su texto a la luz de los aspectos sugeridos en este apartado. La perspectiva de otro lector enriquecerá su texto argumentativo y le ayudará a identificar errores o falencias que usted pudo haber ignorado.
  • Una última estrategia que puede ayudarle a revisar y editar su texto argumentativo consiste en contrastarlo con los criterios de evaluación de la rúbrica mediante la cual su trabajo será calificado. En caso de que su trabajo no cuente con una rúbrica de evaluación definida, usted puede tomar como referencia la matriz de evaluación de textos argumentativos que se utiliza en los cursos de Escritura universitaria II, ofrecidos por el Centro de Español de la Universidad de los Andes. Consulte dicha rúbrica en el enlace presentado a continuación:

Luego de haber revisado su texto argumentativo de acuerdo con estas indicaciones, corrija los errores que identificó y edite los fragmentos que consideró incompletos o problemáticos. Repita este proceso de revisión y edición según el tiempo disponible y los requerimientos de su texto. Cada revisión lo acercará a una versión más pulida de su texto argumentativo.

¿Cómo revisar y editar un texto argumentativo?

Conclusión

Un texto argumentativo es un tipo de ensayo, frecuente en ámbitos académicos, que permite que un autor exprese y sustente su punto de vista con respecto a un determinado asunto, problema o pregunta. Lo anterior se logra mediante la formulación de una tesis que luego se justifica a través de una serie argumentos. En términos generales, la estructura sugerida para un texto argumentativo incluye una sección introductoria, una de desarrollo argumentativo y una de conclusión. Ahora bien, para llevar a cabo la redacción de cada una de estas secciones, se recomienda tener en cuenta que la construcción de escritos académicos es un proceso conformado por distintas etapas: lectura, planeación, redacción, revisión y edición.

Conclusión

Bibliografía

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  • Oshima, A., & Hogue, A. (2006). Writing Academic English. Pearson Education.
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  • The University of Manchester. (s.f.). Six honest serving men. Checking reliability objectivity and relevance. https://www.escholar.manchester.ac.uk/learning-objects/mle/resources/

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Bibliografía
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Universidad de los Andes | Vigilada Mineducación
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