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Recurso elaborado por José Miguel Fonseca, Angie Mojica y Santiago Roa
En este recurso se explican y se ejemplifican los usos más frecuentes de la coma, al igual que los errores más comúnmente asociados a este signo de puntuación.
*Tenga en cuenta que este recurso se encuentra asociado a un conjunto de ejercicios personalizados que le permitirán poner en práctica los contenidos de esta guía. Para acceder a estos ejercicios, por favor haga clic aquí.
La coma es un signo de puntuación con múltiples usos que permiten organizar las ideas y comunicarlas claramente. Con frecuencia se cometen errores al utilizar la coma que alteran la claridad de aquello que se pretende decir. En ese sentido, usar adecuadamente este signo es imprescindible para transmitir ideas eficazmente; de ahí que esta guía se centre en dar a conocer la importancia comunicativa de la coma con respecto a la organización de los contenidos escritos, la indicación de matices expresivos y la preservación del sentido de las ideas.
La coma es un signo de puntuación que permite separar diferentes oraciones o partes de ellas. Aunque la coma tiene múltiples y muy variados usos, por lo general se requiere para organizar la información en el discurso escrito, para preservar el sentido de las ideas que se quieren comunicar en él y para sugerir ciertos matices expresivos. Esto implica que, contrario a nociones ampliamente extendidas, el uso de la coma en la escritura no responde a pausas orales dependientes de la respiración. En contraposición, los criterios para implementar este signo de puntuación se basan en la necesidad de presentar la información escrita de manera comprensible, efectiva y clara. Por esta razón, en cada uno de los apartados de este recurso se insistirá en explicar cómo la coma incide en la expresión y la interpretación eficaz de un mensaje escrito.
Cabe aclarar que en este recurso se presentan solo los principales usos de la coma, así como varios de los errores más comunes que pueden surgir en su utilización. Para acceder a una categorización más exhaustiva de los usos y errores asociados a este signo de puntuación, se aconseja consultar el Capítulo III de la Ortografía de la lengua española (2010). También es importante mencionar que esta obra no está dirigida a un público especializado, pese a lo cual algunos de sus apartados poseen un grado de complejidad considerable. Una serie de explicaciones más accesibles sobre estos temas, asociadas a inquietudes específicas, pueden hallarse en el portal de la Fundación del Español Urgente (Fundéu), disponible en este enlace.
Antes de analizar los usos específicos de la coma, considere la siguiente pregunta: ¿todas las comas son de carácter obligatorio u opcional? Para abordar esta inquietud, analice las siguientes dos oraciones y pregúntese si, en ellas, suprimir la coma resaltada en rojo alteraría el sentido de lo que se quiere comunicar:
En la primera oración, eliminar la coma no cambiaría el significado de lo que allí se expresa. Incluso sin la coma se comprendería que un encuentro tendrá lugar a las 10 de la noche. No obstante, al suprimir la segunda coma de la segunda oración la idea comunicada sí cambiaría. Esto se debe a que la segunda coma permite entender que Pablo es el papá de quien escribe. Contemple lo que ocurriría al borrar dicha coma: Pablo, mi papá y yo fuimos a esa conferencia. Con este cambio, se entiende que los asistentes a la conferencia fueron tres (y no dos) personas: Pablo, quien escribe y el papá de quien escribe. En este orden de ideas, la primera oración contiene una coma opcional, puesto que su inclusión no es indispensable para transmitir una idea, mientras que la segunda oración sí contiene una coma obligatoria, ya que eliminarla modificaría lo que allí se comunica.
Este par de ejemplos nos muestran que algunas comas son optativas, mientras que otras son necesarias para preservar el sentido de lo que se escribe. Como se verá a lo largo del recurso, las comas opcionales dependen del estilo del autor y sirven para señalar ciertos énfasis y matices expresivos. Así, la coma optativa de nuestro primer ejemplo permite que se destaque la información sobre cuándo será la reunión. Por eso, incluirla resulta útil, aunque no obligatorio. Con esta consideración en mente, pasemos a analizar los distintos usos que puede tener la coma.
Las enumeraciones simples presentan listas de elementos sobre los cuales no se da información adicional. Para entender el uso de la coma en este contexto, analice las siguientes tres oraciones. ¿Qué papel cumplen las comas en ellas? ¿Considera usted que dichas comas son opcionales u obligatorias?
En estos tres casos la coma cumple la función de separar los elementos que componen un listado o una enumeración. Este uso de la coma es obligatorio, ya que, sin ella, los elementos del listado se presentarían de forma desorganizada e incluso confusa. Fíjese en lo que ocurriría si se suprimen algunas comas de la tercera oración: Las asignaturas que estaban disponibles eran Retórica Poética Griega, Termodinámica Física de Fluidos y Econometría. Aquí, podría pensarse que Retórica Poética Griega y Termodinámica Física de Fluidos son dos materias (y no cuatro). Esto evidencia que el uso de la coma en las enumeraciones simples es indispensable para preservar el sentido de lo que un autor quiere expresar.
Observe que en los tres ejemplos presentados en este apartado el último y el penúltimo elemento de cada enumeración se vinculan mediante la conjunción y. Note también que no fue necesario incluir una coma antes de dicha conjunción. Esto es así porque la y, justamente, reemplaza dicha última coma. Si bien esta norma aplica para las enumeraciones simples, como las aquí exploradas, hay otras ocasiones en las que sí puede situarse una coma antes de palabras como y, e, o, u y ni. Dichos casos incluyen las siguientes situaciones:
Tatiana fue a caminar al parque con su perro Pilatos, y volvió tarde.
En este ejemplo, Tatiana es el sujeto, asociado a los dos verbos conjugados (fue y volvió) separados mediante la coma.
Andrés iba todos los días a la universidad, y Pablo lo esperaba siempre a las 9.
Aquí, Andrés es el sujeto asociado al verbo iba, mientras que Pablo es el sujeto asociado al verbo esperaba.
Esteban estudió en La Sorbona; María, en la Universidad de Nanterre; Lucía, en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA); Felipe, en Harvard, y Estefanía, en la Universidad de los Andes.
Aquí, el último elemento enumerado dice que Estefanía estudió en la Universidad de los Andes y se separa del penúltimo de la lista, en el que se dice que Felipe estudió en Harvard, mediante coma.
Les dije que trajeran hojas de examen, y no trajeron nada.
Error común
Es común usar la coma en enumeraciones simples de manera equivocada. Observe la siguiente oración:
Comimos muchas cosas deliciosas: queso fundido, fresas, tarta de arándanos, chocolate, y arequipe.
La última coma no es adecuada, pues, como se ha explicado previamente, este signo de puntuación de hecho sirve para reemplazar a la palabra y, por lo cual no debería ir antes de ella salvo que se trate de excepciones como las expuestas previamente. Lo apropiado, entonces, es omitir esa coma. Evite caer en este error al escribir enumeraciones simples.
Un inciso es un conjunto de palabras que cumple el rol de dar información aclaratoria, explicativa o complementaria sobre un elemento de una oración. Una característica importante de los incisos es que pueden suprimirse de la oración sin que esta pierda su sentido. ¿Puede identificar los incisos en las siguientes oraciones? ¿Cómo cree que se relacionan estos con las comas? ¿Son estas últimas obligatorias?
Los incisos de estas tres oraciones son los fragmentos que se encuentran entre las dos comas que posee cada una. Si usted hace el ejercicio de leer tales oraciones omitiendo los incisos, notará que estas siguen preservando el sentido. Ahora bien, el uso de comas para delimitar incisos es obligatorio, por dos motivos. En primer lugar, las comas aíslan el inciso del resto de la oración, lo que facilita la comprensión de la misma, en tanto separa la información complementaria (presente en el inciso) de la esencial (presente en el resto de la oración). Para constatar esto, intente leer los ejemplos de este apartado imaginando que no poseen comas. Notará que el hecho de que la información no esté segmentada mediante ellas dificulta entender las ideas allí escritas.
En segundo lugar, las comas también evitan confusiones o ambigüedades en la interpretación de las oraciones que tienen incisos. Esto es precisamente lo que se ilustró más arriba, mediante el contraste entre Pablo, mi papá, y yo fuimos a esa conferencia y Pablo, mi papá y yo fuimos a esa conferencia. En el primer caso, mi papá operaba como un inciso, situado entre dos comas, que daba información explicativa sobre la identidad de Pablo. Por oposición, al eliminar la coma que cerraba el inciso en el segundo caso, se daba entender que Pablo era una persona distinta al papá de quien escribía. Fíjese en que lo mismo ocurriría si se alterara la puntuación del primer ejemplo de este apartado.
Adicionalmente, tenga en cuenta que, tal como se ve en el primer ejemplo anterior, cuando hay incisos sí se debe poner coma antes de la conjunción y; además, los incisos pueden tener posiciones diferentes a la posición intermedia que poseen en los tres ejemplos previos. Por ejemplo, una oración como Habrá reformas estructurales, según informó la rectora del colegio, la coma introduce un inciso final. Por otro lado, en una oración como Tal como lo predijo mi abuela, boté el celular por no guardarlo donde debía la coma separa el inciso inicial del resto de la oración. Con esto se ve cómo los incisos pueden tener diferentes posiciones en la oración.
También vale la pena anotar de manera general que la coma no es el único recurso disponible para delimitar incisos. Estos también pueden ubicarse entre rayas o paréntesis. Se recomienda optar por la coma cuando la información del inciso está muy relacionada con el resto de la oración. Las rayas (—), por su parte, denotan un nivel intermedio de cercanía entre el contenido del inciso y los elementos que lo rodean. Por último, los paréntesis expresan un grado mayor de independencia del inciso con respecto al resto del enunciado. Para profundizar respecto a este tema y contrastar el uso de la coma con respecto a estos otros signos para construir incisos, diríjase a las páginas 274, 307-311 y 365-366 de la Ortografía de la lengua española.
Error común
Es común usar la coma de manera equivocada en la construcción de incisos, sobre todo cuando se trata de incisos en posición intermedia. Observe:
En estos tres ejemplos hay incisos en posición intermedia, pero el uso inadecuado de las comas no esclarece su función y perturba la comprensión de las ideas comunicadas. Así, en la oración 1 las ideas se presentan desorganizadas. Distinto es escribir Platón, uno de los más grandes filósofos de todos los tiempos, fue maestro de Aristóteles; aquí las comas que separan el inciso dejan clara la anotación que se está haciendo sobre el sujeto (Platón). En el caso de la oración 2, la coma fractura la oración, no le aporta orden ni sentido. Parece que se estuviese afirmando que la casa tiene un diseño hermoso porque fue construida hace menos de un año, lo cual no tiene mucho sentido. Al usar las comas adecuadamente y escribir La casa, construida hace menos de un año, tiene un diseño hermoso queda claro que el escritor solo quiere hacer una anotación adicional sobre el tiempo de construcción de la casa. Por último, en la oración 3 la ausencia de la coma de apertura del inciso perturba gravemente la claridad. Se afirma que alguien ejerce una profesión, aunque ha sido su oficio, como si esto fuese una contradicción sin sentido; no obstante, al agregar la coma de apertura y escribir La profesión que ejerce, aunque ha sido su principal oficio por años, no le importa en absoluto queda claro que el inciso quiere añadir información que aclara y amplía el sentido. Por eso, es muy importante no omitir estas comas.
Cuando hablamos con una persona, generalmente le decimos por su nombre o usamos otro tipo de términos o palabras para que sepa que nos estamos dirigiendo a ella. A estos términos se les denomina vocativos. ¿Cuáles son los vocativos que se incluyen en los siguientes ejemplos? ¿Qué función cumple la coma en dichas oraciones? ¿Qué pasaría si dichas comas se omitieran?
Los vocativos en estas tres oraciones son, en su orden: Eduardo, su señoría y usted. En todos los casos, la coma cumple el rol de separar el vocativo del resto de la oración. La importancia de esta función delimitadora puede constatarse al suprimir las comas de los primeros dos ejemplos. Sin dichas comas, el sentido de ambas oraciones cambia sustancialmente. Así, mientras que en el primer ejemplo se le pide directamente a Eduardo que prepare el equipaje, en la oración Eduardo organiza nuestra maleta de viaje solo se afirma que Eduardo ya está llevando a cabo dicha tarea. De igual modo, en el segundo ejemplo el hablante le indica al juez que está en desacuerdo con algo que dijo. No obstante, cuando se suprime la coma se da a entender que dicho desacuerdo se comenta con alguien más, no con el juez: No estoy de acuerdo con eso que dice su señoría. En este sentido, la coma para delimitar vocativos es obligatoria, pues incide directamente en el sentido de las ideas. Cabe aclarar que este uso de la coma es necesario incluso en oraciones cuya comprensión no se altera al suprimir dicho signo de puntuación como ocurre en el tercer ejemplo, señalado arriba. En Usted por favor recite el primer verso de la Ilíada la ausencia de coma no da lugar a ambigüedades ni nuevas interpretaciones con respecto a lo que la oración comunica. Sin embargo, lo correcto es separar el vocativo usted del resto de la oración mediante una coma. Lo mismo aplica con respecto a fragmentos textuales más breves, como los siguientes:
El vocativo se usa porque, en todo caso, se está invocando o llamando a la persona que hace las veces de interlocutor. Esto justifica el uso de la coma aun cuando omitirla no implique una alteración significativa del sentido.
Es común suprimir la coma para delimitar vocativos. Así se ve, por ejemplo, en los encabezados de correos electrónicos, cartas u otros tipos de texto. Ahora, observe la diferencia entre las siguientes oraciones:
Fíjese en que la ausencia de la coma antes del vocativo señores supone una alteración importante del sentido. La primera oración anuncia que ha llegado el momento de cocinar señores, mientras que en la segunda queda claro que los señores son el interlocutor, no aquello que se cocinará. Casos como estos muestran explícitamente la necesidad de evitar el error común de omitir la coma al escribir vocativos, aunque, como ya se ha dicho, este signo debe usarse incluso en aquellos casos que no presentan tal alteración del sentido.
Es común, sobre todo en comunicaciones personales, que se busque verificar o reafirmar determinada información mediante preguntas y expresiones como ¿cierto?, ¿verdad?, ¿es así?, etc. Como el título de este apartado lo sugiere, debe introducirse una coma (y no un punto) entre la afirmación inicial y la pregunta confirmatoria. ¿A qué se debe esto? Analice los siguientes fragmentos y procure distinguir lo que ocurre cuando se usa un punto seguido y cuando se usa una coma:
Los ejemplos 2 y 4 son incorrectos si lo que se pretende es hacer una pregunta de confirmación, ya que en ellos dicha pregunta se separa mediante un punto de la información previa. Esto es un error porque el punto seguido interrumpe la secuencia de la oración al separar la pregunta de aquello a lo cual se refiere. Más aún, hacer esto es problemático en la medida en que aislar la pregunta confirmatoria puede llevar a que esta se interprete como un elemento independiente, con lo cual el sentido del texto se altera. Veamos cómo ocurre esto en los ejemplos de arriba. En el fragmento 1, mediante la pregunta ¿no lo crees? el autor busca reafirmar ante un interlocutor que el final de una serie es genial. En el fragmento 2, el autor también comunica sus impresiones con respecto al cierre de una determinada serie. Sin embargo, el hecho de que la pregunta ¿No lo crees? esté separada por un punto da a entender que el interlocutor ya manifestó no estar de acuerdo con el comentario de quien escribe y que lo que sigue es una explicación del hablante para tratar de aventurar por qué a su interlocutor el final de la serie no le pareció genial. Algo similar sucede con los fragmentos 3 y 4. En el fragmento 3, a través de la pregunta ¿no es así? se busca confirmar que el proyecto debe diseñarse teniendo en cuenta las condiciones del suelo. No obstante, en el fragmento 4, al utilizar las palabras ¿No es así? separadas de la oración anterior con un punto, de nuevo se presume que el interlocutor ha dicho que no es así como debe diseñarse el proyecto; de ahí que el interlocutor invite a pensar cómo hacer tal diseño. se leerá a dicho autor se da por sentado. En síntesis, situar una coma entre un enunciado y su respectiva pregunta confirmatoria es necesario para que ambos elementos permanezcan vinculados y, así, el sentido de lo que se quiere comunicar se preserve.
En ciertos casos es posible omitir la mención explícita del verbo de una oración. Esto puede ocurrir si dicho verbo está ya presente en otro lugar de la oración o si la acción expresada por este se puede inferir con facilidad. Este proceso, por medio del cual se omite un verbo, también puede llamarse elisión verbal. En las siguientes tres oraciones, identifique el verbo que fue omitido. Pregúntese también qué papel cumple la coma resaltada en rojo en cada uno de los casos:
En la primera oración, el verbo omitido es ir (o fue, en su forma conjugada). En el segundo ejemplo, se omite el verbo salir. No obstante, en este último caso la elisión verbal no cobija solo esta palabra, ya que también se refiere a los términos que la describen (muy temprano). Así, la oración sin el fragmento omitido se escribiría del siguiente modo: Yo salí muy temprano para Tenjo, y mi esposa salió muy temprano para Choachí. Desde luego, esta oración es redundante, lo cual nos indica que la omisión verbal permite economizar palabras y evitar reiteraciones innecesarias. Por último, en la tercera oración puede inferirse que estar fue el verbo que se omitió. De esta forma, sin la elisión verbal obtendríamos la siguiente oración: Personal médico está sin un respiro a causa de la pandemia. Aunque puedan resultar extrañas, las omisiones verbales como la realizada en este último caso son válidas y, de hecho, comunes en contextos como el periodismo. En síntesis, como puede observarse en estos tres casos, la coma cumple la función de reemplazar las palabras omitidas en el proceso de elisión verbal. Este uso de la coma es obligatorio en todos los casos, ya que también puede tener implicaciones en la comprensión del sentido de las oraciones. Para entender esto, por favor analice los siguientes ejemplos y constate la diferencia entre usar o suprimir la coma:
En el primer ejemplo, la coma resaltada en rojo sustituye el verbo muestra. Así, se establece que, mientras Julieta se hará cargo de mostrar los síntomas de una determinada enfermedad, Joaquín se ocupará de mostrar cuál es la cura. Ahora bien, en el segundo ejemplo la ausencia de coma transmite una idea distinta. Si bien en la primera parte de dicho enunciado se reitera que Julieta mostrará los síntomas de la enfermedad, en la segunda se establece que Joaquín cura (o alivia) dicha enfermedad. Esto nos permite reiterar que la coma es indispensable para señalar que en una oración ha habido una omisión verbal. De esta forma, dicho signo salvaguarda el sentido de la oración según lo que se pretenda comunicar.
En la estructura de una oración, un complemento es una serie de palabras que brinda datos adicionales sobre la oración o alguno de sus elementos. Existen muchos tipos de complementos, pero comenzaremos refiriéndonos a los complementos circunstanciales. Estos últimos son aquellos fragmentos que ofrecen información sobre el tiempo, el lugar y demás factores que enmarcan una acción. ¿Cuáles son los complementos circunstanciales de los siguientes ejemplos? ¿Dónde se ubican dentro de la oración? ¿En qué casos van acompañados por comas?
Las primeras dos oraciones incluyen complementos circunstanciales de tiempo: el 16 de septiembre de 1835 y en el 334 a.C. Estos fragmentos ofrecen información sobre cuándo se realizó la acción indicada en cada ejemplo. Por su parte, las últimas dos oraciones poseen complementos circunstanciales de lugar: en el pequeño poblado francés de Arles y no muy lejos de aquí. Dichos complementos señalan dónde transcurren las situaciones expresadas en cada caso. Note que los complementos circunstanciales pueden ir seguidos de una coma cuando se ubican al inicio de la oración (antes del verbo), como ocurre en los ejemplos 1 y 3. Cabe señalar que el uso de la coma en estos casos es opcional; si la coma se suprimiera, el sentido de las oraciones no se vería comprometido. Sin embargo, se recomienda implementar la coma en estos escenarios cuando el complemento circunstancial sea muy extenso o cuando se desee destacarlo, separándolo del resto de la oración. En todo caso, como se ilustra en los ejemplos 2 y 4, no se sitúa coma antes de los complementos circunstanciales cuando estos están después del verbo, al final de la oración.
Además de los complementos circunstanciales, también existen complementos que se refieren a la totalidad de la oración. Estos abarcan expresiones que describen, entre otras cosas, la frecuencia de una situación, el grado de evidencia con el que algo ocurre y las actitudes o valoraciones de un hablante. También se incluyen aquí expresiones introductorias, que delimitan o refieren un discurso a un determinado asunto o tema. ¿Puede rastrear esta clase de complementos en las siguientes oraciones? ¿Cómo se relacionan con el uso de la coma?
Al inicio de la primera oración se presenta un complemento (por lo general) que indica la frecuencia con la cual ciertos cetáceos llegan a las costas colombianas. De forma paralela, en medio del segundo ejemplo se incluye el complemento afortunadamente, que denota la valoración positiva que alguien hace sobre el hecho de que un determinado procedimiento quirúrgico sea poco peligroso. Por su parte, al final de la tercera oración el complemento honestamente marca una expresión de sinceridad con respecto a una determinada situación. Observe que, con independencia de si se sitúan en el fragmento inicial, intermedio o final de la oración, estos complementos van delimitados por comas. Lo mismo ocurre en los ejemplos 4, 5 y 6. En ellos, las expresiones con respecto a, en términos de y en cuanto a refieren y delimitan el contenido de la oración a ciertos ámbitos o temas particulares. Como se observa en tales ejemplos, los fragmentos encabezados por dichas expresiones también se separan del resto de la oración mediante comas, sin importar el lugar del enunciado en el que se encuentren.
Los conectores son palabras o grupos de palabras que expresan diversos tipos de relaciones entre partes de un discurso. ¿Puede identificar los conectores discursivos presentes en cada uno de los siguientes ejemplos? ¿En qué segmento de la oración (inicial, intermedio o final) aparecen dichos conectores? ¿Qué implica esto último en términos del uso de la coma?
Ciertamente, los conectores discursivos de estos seis ejemplos se encuentran en inmediaciones de la coma resaltada en rojo. Note, sin embargo, que estos conectores tienen posiciones diferentes dentro de las oraciones. Por una parte, en los primeros dos ejemplos los conectores no obstante y por eso se ubican a inicios de una oración (la segunda). En este tipo de casos, lo habitual es situar una coma justo después de los conectores. Por otra parte, en los ejemplos 3 y 4 los conectores empero y en cambio no están ya al inicio de una oración, sino en la mitad. Cuando esto ocurre, se suele delimitar el conector entre dos comas. Finalmente, en los últimos dos ejemplos se observa que los conectores en todo caso y en realidad se sitúan al final de una oración; en estos escenarios se sitúa una coma antes del conector.
Ahora bien, note que, con independencia de donde se ubiquen, los conectores discursivos se delimitan mediante signos de puntuación (comas, puntos e incluso punto y coma). Hacer esto es muy útil en la medida en que permite destacar el tipo de relación expresada por cada conector. En otras palabras, aislar un conector discursivo del resto de la oración (a través de signos como la coma) permite que este se resalte y que su significado dentro del texto sea más evidente. En los siguientes tres ejemplos, fíjese en cómo la ausencia de comas junto a los conectores discursivos puede llevar a que estos se pasen por alto o se confundan con el resto de la oración:
En estos tres casos, los conectores es decir, por otra parte y por el contrario no se distinguen con claridad en el contexto de las oraciones, lo cual afecta la posibilidad de entender cabalmente el sentido de las ideas. Por ejemplo, en las oraciones Varios partidos de izquierda estuvieron de acuerdo con designar a ese senador como presidente del Congreso. Los partidos de derecha no estuvieron a favor por el contrario, la falta de la coma antes del conector comunica que los partidos de derecha no estuvieron a favor por un contrario (tal vez el candidato contrario para la presidencia del senado), no que estaban en desacuerdo con elegir el candidato apoyado por la izquierda. Del mismo modo, las otras oraciones presentan alteraciones del sentido por la ausencia de la coma. Para corregir esto, se debe situar el conector es decir entre un par de comas. Adicionalmente, se debe incluir una coma después de por otra parte. Asimismo, es necesario anteponer una coma a por el contrario. Hechas estas modificaciones, los conectores discursivos (y las relaciones que estos expresan) serían más visibles y claras.
Finalmente, tenga en cuenta que, más allá de su ubicación dentro de una oración, no todos los conectores discursivos están asociados al uso de la coma de la misma manera. Para entender algunos casos particulares, referidos a conectores que expresan relaciones de causalidad, consecuencia, explicación, condicionalidad y concesión, por favor revise las secciones 3.9 y 3.10 de este recurso. Además, para analizar el uso de la coma con respecto a ciertas conjunciones (palabras como pero, mas, sino y aunque) lo invitamos a revisar la siguiente sección.
Las conjunciones pero, mas, sino y aunque se denominan adversativas, pues expresan contraste u oposición entre dos elementos de una oración. ¿Puede ver cómo esto ocurre en los siguientes ejemplos? ¿Por qué cree que se incluye una coma antes de cada conjunción?
Como se observa en estos ejemplos, el uso de la coma es necesario puesto que permite marcar el contraste expresado por las conjunciones pero, mas, sino y aunque. De esta forma, la coma hace más evidente que lo que antecede a la conjunción se contrapone a lo que está luego de ella. Fíjese en que, si se suprimieran las comas, dicho contraste no sería tan claro. Observe también, en los ejemplos anteriores, que luego de la conjunción adversativa no hay una coma. Esto aplica incluso si después de la conjunción se ubica una pregunta o una exclamación, como ocurre en los siguientes dos casos:
No obstante, la coma posterior a la conjunción sí es necesaria en caso de que luego de esta última se introduzca un inciso, como se observa en este par de ejemplos:
Por una parte, las expresiones ya que, pues, puesto que, que y porque se utilizan para indicar causas o explicaciones. Por otra parte, los términos así que, luego, de modo que, de forma que, de manera que o de ahí que denotan efectos o consecuencias. Analice los siguientes ejemplos y establezca, según sea el caso, cuál es el elemento, hecho o situación que opera como causa, explicación o consecuencia de otro. Pregúntese: ¿qué papel cumplen las comas en estas oraciones?
En los primeros tres ejemplos, el efecto o la consecuencia de una determinada situación se presentan en el segundo segmento de la oración, después de los términos de manera que, así que y luego. Algo análogo ocurre en las siguientes cuatro oraciones. En ellas, las causas o las explicaciones correspondientes se introducen después de expresiones como que, porque y puesto que.
Note que, en todos los casos (a excepción del último, que analizaremos en breve) se sitúa una coma antes de la expresión que introduce un efecto, una causa o una explicación. Esto es así porque las oraciones que incluyen esta clase de términos tienen dos partes: la que se refiere a los elementos que constituyen explicaciones, antecedentes o causas y aquella que indica los efectos o consecuencias de un determinado hecho. La coma, entonces, sirve para distinguir los dos segmentos de esta clase de oraciones. Gracias a este signo de puntuación, la comprensión de las ideas que se expresan en este tipo de oraciones es mucho más sencilla. Así pues, siempre hay que ubicar una coma antes de los términos que denoten este tipo de relación. Sin embargo, ¿qué ocurre con porque? ¿Por qué el ejemplo 5 incluye una coma antes del porque, pero el ejemplo 7 la omite? ¿Cuál es la diferencia entre ambas oraciones?
En el ejemplo 7 se indica la causa de una situación (en este caso, la avería de un celular). Así, se afirma que el celular de quien escribe se dañó dado que cayó desde una gran altura. Sin embargo, en el ejemplo 5 lo que se expone no es la causa de un fenómeno, sino la razón por la cual quien escribió la afirmación está en capacidad de enunciarla. En este sentido, la quinta oración señala que una persona cree que su celular está dañado dado que ha percibido que dicho dispositivo está más lento. Note que, en este caso, la lentitud del celular no es la causa de que este se haya descompuesto, sino un indicio que permite afirmar que el aparato ha sufrido alguna clase de avería. Dicho de otro modo, en el ejemplo 5 se exponen los “síntomas” de la “enfermedad” del celular, que no necesariamente constituyen su causa, mientras que en el ejemplo 7 sí se presentan directamente las causas de la enfermedad.
A la luz de este par de oraciones, podemos ver que no se incluye una coma antes del porque cuando este se usa para indicar las causas de un hecho (como en el ejemplo 7). En contraposición, la coma antes del porque sí debe usarse cuando se busca dar cuenta de los motivos o indicios por los cuales alguien afirma algo (como se ilustra en el ejemplo 5). La razón por la cual la coma se omite en un caso y se incluye en el otro es que, gramaticalmente, las causas de un fenómeno se relacionan de forma más estrecha con el predicado de la oración que las razones que facultan a alguien para decir algo. De allí que estas últimas puedan aislarse del resto de la oración mediante una coma.
Una oración condicional indica que algo debe cumplirse u obtenerse para que otra cosa suceda. Esto se comunica mediante expresiones como si, siempre y cuando, a menos que, etc. Por ejemplo, en una oración como Si me dices la verdad, prometo no enojarme se indica que para que el hablante no se enoje debe cumplirse una condición: su interlocutor debe decir la verdad. Paralelamente, en una oración concesiva se señala que una cosa no es impedimento para que algo más suceda. Por ejemplo, en una oración como A pesar de que nos esforzamos mucho, no ganamos el campeonato haberse esforzado no fue un impedimento u obstáculo para que otra acción ocurriera: perder el campeonato. En estos casos, se pueden utilizar términos como aunque, a pesar de, si bien, etc. Por favor, revise las siguientes oraciones y constate si en cada una se presenta una condición o una concesión. Luego, evalúe por qué las comas son relevantes en cada caso.
Estas seis oraciones tienen una estructura similar. En los ejemplos 1, 4 y 6 se presenta inicialmente una condición separada por una coma de aquello que ocurriría en caso de que se cumpliera. De igual modo, al principio de los ejemplos 2, 3 y 5 se plantea una concesión, que luego también se divide de aquello que ocurre a pesar de ella. Así, se observa que es necesario situar una coma entre los dos segmentos de la oración cuando las concesiones o las condiciones se presentan al inicio de las mismas. Esto contribuye a diferenciar con claridad ambas partes de esta clase de oraciones. Sin embargo, fíjese en lo que ocurre si el orden de la oración se altera:
En estos tres ejemplos, las concesiones y condiciones se presentan en la segunda parte de la oración. Cuando esto ocurre no es necesario incluir una coma. Ahora bien, la ausencia de coma en este tipo de oraciones solo aplica cuando se enuncian fenómenos o situaciones que realmente operan como condiciones o concesiones de otros elementos. En contraposición, cuando las expresiones si, aunque, siempre y cuando, etc. introducen información secundaria o accesoria, sí es válido distinguirlas del resto de la oración mediante una coma:
Después de analizar estos usos de la coma, pasaremos a identificar otros errores comunes en el uso de este signo de puntuación.
Previamente, en las secciones 3.1, 3.2 y 3.3 se ha hecho una mención explícita de diversos errores comunes en los que se incurre al utilizar u omitir la coma según distintos casos. No se ha hecho lo mismo desde la sección 3.4 hasta la 3.10 porque en todos los casos allí expuestos el error general (si no común, al menos existente) suele ser omitir la coma con las subsiguientes consecuencias que esto tiene para la preservación del sentido y la comunicación de las ideas, lo cual se explica en todos los apartados. Ahora, resulta importante añadir a continuación otros errores comunes que también conviene evitar para garantizar el buen uso de la coma.
Una oración se compone a partir de la unión de un sujeto (aquello sobre lo cual se dice algo) y un predicado (aquello que se dice sobre el sujeto). Por ejemplo, en las oraciones Johannes Kepler era alemán y Se marchó el cometa Halley, los sujetos son Johannes Kepler y el cometa Halley, mientras que los respectivos predicados son era alemán y se marchó. Ahora bien, es esencial que la unión entre sujeto y predicado no se interrumpa mediante una coma, error común en el cual se suele incurrir durante la escritura. Para entender por qué esto debe evitarse, analice los siguientes ejemplos. ¿Cuál es el sujeto y el predicado de cada oración? ¿Qué ocurre cuando entre ambos elementos se interpone una coma?
En los primeros dos ejemplos, el sujeto de la oración se presenta al inicio de esta. Así, en la primera oración el sujeto va desde La ronda nocturna hasta Los síndicos de los pañeros, mientras que en la segunda el sujeto corresponde a Los cinco hombres capturados aquella noche en inmediaciones del Museo de Orsay. Por oposición, en los últimos dos ejemplos, el sujeto se presenta en el segundo segmento de la oración. En este sentido, el sujeto de la tercera oración es asistir a revisiones periódicas de odontología y oftalmología, mientras que el cuarto ejemplo tiene como sujeto los jurados de tesis, el tutor y los colegas de Margarita. Note cómo los sujetos pueden ser muy extensos y cómo no tienen una posición fija dentro las oraciones (es decir, no siempre se encuentran al inicio). De cualquier modo, la longitud o la ubicación de un sujeto oracional nunca debe usarse como pretexto para separarlo mediante una coma del predicado. Para profundizar respecto a la construcción de oraciones y las categorías sujeto y predicado, le invitamos a consultar nuestro recurso La oración.
Ahora bien. ¿por qué es problemático incluir una coma entre el sujeto y el predicado? Tal y como se pudo observar en los cuatro ejemplos anteriores, la coma entre sujeto y predicado debe evitarse, pues interrumpe el sentido de la oración al quebrar la unión entre dicho par de elementos. Por esto, no es de extrañar que este error de puntuación se denomine coloquialmente coma criminal, ya que obstruye la expresión y la comprensión de las ideas contenidas en las oraciones al separar sus dos elementos fundamentales, el sujeto y el predicado, que dependen estrechamente el uno del otro y de cuya unión depende que la oración tenga sentido completo. Incluir la coma entre estas dos partes de la oración fractura su estructura sin aportarle ningún sentido u organización. No obstante, hay un par de escenarios en los cuales sí es lícito escribir una coma entre sujeto y predicado. El primero de ellos corresponde a cuando el sujeto contiene incisos. El segundo tiene lugar cuando al final del sujeto se escribe la abreviación etcétera que, justamente por su calidad de abreviación, debe finalizar en punto, lo cual no es un obstáculo para utilizar la coma enseguida y darle continuidad a la idea. En este sentido, ejemplos como los dos siguientes sí son correctos:
A lo largo de esta sección se aludirá a las categorías complemento directo y complemento indirecto de manera general. Para distinguir las propiedades de estos dos complementos es preciso tener en cuenta que el directo es aquel complemento sobre el cual recae directamente la acción, el estado o el proceso que expresa el verbo; mientras que el complemento indirecto se relaciona con tal acción, estado o proceso indirectamente. Por ejemplo, en una oración como Le compramos un traje elegante a mi hermano, un traje elegante es el complemento directo, pues es lo que se compró y, por tanto, aquello que se asocia de forma directa con la acción comprar, mientras que el complemento indirecto es a mi hermano, dado que la acción se asocia con él solo de manera indirecta, pues fue a él a quien le compraron el traje, lo que no quiere decir que él haya sido el objeto comprado directamente. Hay diversas estrategias para identificar estos complementos, algunas de las cuales se mencionan en esta sección para entender un error particular en el uso de la coma.
Dicho lo anterior, comencemos. Además de lo expuesto previamente, cabe anotar que en el contexto de una oración, un complemento directo es el fragmento que, con respecto al verbo, permite responder a las preguntas: ¿qué? o ¿a quién? Por ejemplo, en la oración Lucas editó un hermoso libro ilustrado, el complemento directo es un hermoso libro ilustrado, pues esta es la respuesta a la pregunta: ¿qué editó Lucas? Con esto en mente, ¿puede identificar los complementos directos de las siguientes tres oraciones? ¿Cuál o cuáles de ellas están bien puntuadas? ¿Por qué?
Los complementos directos de estos tres ejemplos son, en su orden: un magnífico guisado de berenjenas, tomate y calabacín; que el Congreso había actuado negligentemente, y a los trabajadores de primera línea del sector salud. Sabemos que esto es así porque cada uno de estos fragmentos responde a la pregunta: ¿qué? (¿qué cocinaron Santiago y Sebastián?, ¿qué denunciaron las organizaciones ambientales?) o ¿a quién? (¿a quién convocó el Ministerio de Salud?). Ahora, la segunda oración es la única que hace un uso correcto de los signos de puntuación. En contraposición, los ejemplos 1 y 3 incurren en el error común de separar el verbo del complemento a través de una coma. Esto es un error en la medida en que, usada de esta manera, la coma interrumpe la continuidad del discurso al separar el verbo de su complemento directo. Recuerde, entonces, que el complemento directo no debe aislarse del verbo mediante una coma. Exploremos ahora lo que ocurre con respecto a los complementos indirectos.
Los complementos indirectos, por su parte, son los fragmentos que indican sobre quién o qué recae una determinada acción. En este sentido, con respecto a un verbo, sirven para responder a las preguntas ¿a qué? o ¿a quién? Así, en Le obsequié una agenda a mi mejor amigo, el complemento indirecto es a mi mejor amigo (mientras que el complemento directo es una agenda). De nuevo, intente establecer cuáles son los complementos indirectos de los siguientes ejemplos. Pregúntese, también, si todos ellos hacen un uso correcto de los signos de puntuación:
En estas tres oraciones, los complementos indirectos son: a mi profesora, a la directora del coro y a la junta de accionistas. Este es el caso ya que dichos fragmentos responden a las preguntas ¿a quién? (¿a quién le pedí que repitiera su explicación?, ¿a quién le rindieron ustedes un homenaje?) o ¿a qué? (¿a qué instancia le molestó el atraso en la construcción?). Ahora bien, solo la tercera oración está libre de errores de puntuación, pues en ella (al contrario de lo que ocurre en los primeros dos ejemplos) no se separa mediante una coma el complemento indirecto del resto de la oración. Tal y como ocurría con la coma entre verbo y complementos directos, aislar los complementos indirectos del resto de los elementos de una oración mediante el uso de la coma es erróneo, ya que así se interrumpe la idea que está siendo comunicada.
¿Qué signo de puntuación debe usarse al final de fragmentos textuales destinados a introducir mensajes o citas bibliográficas? Para responder esta pregunta, revise los siguientes ejemplos y procure distinguir cuáles gozan de un correcto uso de los signos de puntuación:
1.Estimados estudiantes,
El día de hoy les escribo para recordarles que mañana recibirán sus calificaciones.
2. Es en este sentido que Immanuel Kant afirmaba, “Conceptos sin intuiciones son vacíos, intuiciones sin conceptos son ciegas”.
3. Distinguida clientela:
Nos complace informarles que nuestra reapertura tendrá lugar el próximo martes.
4. No en vano García Márquez indicó en su novela que: “es la vida, más que la muerte, la que no tiene límites”.
Solo los ejemplos 3 y 4 están correctamente puntuados. En ellos, los fragmentos que introducen un mensaje o una cita son sucedidos por dos puntos. Este es el signo de puntuación que debe usarse en estas ocasiones. Es incorrecto, entonces, cerrar saludos iniciales o introducciones de citas bibliográficas mediante la coma, ya que dentro de las funciones de este signo de puntuación no se encuentra anunciar o presentar información. En este orden de ideas, las comas resaltadas en rojo en los primeros dos ejemplos deberían sustituirse por dos puntos.
Los pares de palabras más…que, menos…que, tan…como, tal…como, tanto…como, etc., pueden utilizarse para construir oraciones que expresen contrastes y comparaciones entre distintos elementos. ¿Cómo han de puntuarse este tipo de oraciones? ¿Será o no correcto separar los elementos comparados mediante una coma? Para averiguarlo, lea atentamente los siguientes ejemplos. ¿Cuáles de ellos están adecuadamente puntuados?
La única oración adecuadamente puntuada es la tercera. En todas las demás se comete el error de separar los dos elementos comparados mediante una coma. Hacer esto es equivocado en la medida en que la comparación se fragmenta y se torna así menos comprensible. Así pues, recuerde que en oraciones que incluyan términos comparativos, como los mencionados arriba, los elementos contrastados no deben dividirse mediante comas.
¿Es lícito ubicar la coma indistintamente junto a otros signos de puntuación? ¿Cuáles de las siguientes combinaciones de signos de puntuación son válidas?
Las oraciones 3 y 6 tienen errores de puntuación, ya que ubican la coma junto al punto y el punto y coma. Esto es inadecuado, pues basta con uno solo de estos signos para organizar las oraciones; ponerlos juntos resulta redundante y, en último término, erróneo. Sin embargo, lea de nuevo los ejemplos 1, 2, 4, 5 y 7. Dichas oraciones están correctamente puntuadas. Estos casos ilustran que sí es posible situar la coma junto a otros signos como los de interrogación y exclamación, las comillas, los paréntesis o las rayas y, excepcionalmente, junto al punto cuando este se ha utilizado abreviar la palabra etcétera (etc.) y se continuará desarrollando la oración, tal como se dijo en la sección 4.1. Suele también incurrirse en error cuando o bien se omite el punto y se escribe solo una coma después de etc. (por ejemplo: Visitamos parques, museos, bares, etc, durante nuestro viaje a Madrid), o cuando se escribe el punto y no se añade la coma para continuar la idea (por ejemplo: Visitamos parques, museos, bares, etc. durante nuestro viaje a Madrid).
La coma es un signo de puntuación muy versátil, cuyos usos van desde organizar enumeraciones, hasta construir oraciones que expresen relaciones de contraste, explicación o condicionalidad. En sentido estricto, la coma no se usa según la necesidad de hacer pausas o respiraciones, sino que se requiere para delimitar claramente las partes de un discurso, para poner de manifiesto ciertos matices expresivos y para especificar el sentido de las ideas. Además, aunque algunos de los usos de la coma sean obligatorios y otros sean optativos, conocer y aplicar correctamente este signo de puntuación es esencial para comunicar y entender de forma organizada y precisa el contenido de un escrito.
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