© - Derechos Reservados Universidad de los Andes
Recurso elaborado por Adriana Vera y Maarten Goossens
Este texto brinda algunas pautas para el uso de fuentes gráficas en un texto académico, especialmente para disciplinas relacionadas con Arte y Arquitectura.
La escritura es para el arquitecto un medio secundario de comunicación, pues la comunicación visual es su principal forma de interacción disciplinar. Aun así, y especialmente en el ámbito de la formación e investigación académica, la escritura se presenta como una expresión especialmente enriquecedora cuando se trata de la concreción y el intercambio de ideas complejas. Así como algunas veces una imagen dice más que mil palabras, también hay palabras que pueden explicar lo que con imágenes no se logra comunicar.
Dadas estas características disciplinares, la escritura arquitectónica debe hacer un uso consciente y adecuado de las imágenes. A continuación se brindan algunas recomendaciones para lograrlo.
a. La imagen es como el título: es lo que primero se ve
Si el texto es sobre arquitectura, lo más probable es que el lector haga parte de la misma cultura visual. Antes que todo, mirará las imágenes. Por lo tanto, estas deben proveer una idea del texto. Deben reflejar el contenido y, a la vez, despertar la curiosidad del lector para invitarlo a leer el resto.
b. La imagen hace parte del argumento
Las imágenes en un texto arquitectónico no pueden ser meramente ilustrativas. Se usan para facilitar la comunicación de las ideas del autor. En este sentido, es necesario que el texto haga referencia a las imágenes, que las enmarque en una estructura argumentativa. Además, es importante que el autor explique qué quiere que el lector vea en la imagen, pues la interpretación de estas es menos precisa que la de palabras: cada uno ve en una imagen lo que quiere ver o lo que está en capacidad de interpretar.
c. La imagen es como una cita textual
La mayoría de las imágenes en textos arquitectónicos no fueron elaboradas por el autor del texto sino por un tercero. Traerlas al texto no cambia su autoría, la cual hay que reconocer sin excepción. De este modo, se permite al lector hacer su propia interpretación y contextualización de la imagen o buscar su contexto original, imágenes relacionadas, etc.
Pero la condición de “cita” que tiene la imagen en un texto va más allá. Tal como sucede con una cita textual, si el autor logra poner las citas (o imágenes en nuestro caso) en diálogo con su propio argumento, estas terminan aportando al texto. De lo contrario, no es claro su papel y pueden, incluso, desviar la atención.
d. La calidad es importante
Lo que el autor dice sobre la imagen debe ser verificable para el lector, por lo que no solamente la citación de autoría y fuente es importante, también lo es la calidad gráfica.
e. Use los pies de foto
El pie de foto permite un nivel de lectura separado del texto. En él se pueden hacer aclaraciones, precisiones u observaciones sobre la imagen. Lo que no cabe en el cuerpo del texto porque no se quiere irrumpir la estructura argumentativa, sí puede caber en un pie de foto.
f. La importancia de las fuentes
En parte, la calidad de la imagen está relacionada con las fuentes a las cuales se acude. Es recomendable acceder a fuentes que reflejen credibilidad. Tanto para el escritor como para el lector es importante conocer de dónde proviene el material, quién produjo la imagen (dibujante, fotógrafo, etc.) y en qué momento lo hizo. Esta práctica, además de rescatar la calidad visual, ofrece al lector una garantía de rigurosidad y soporte archivístico fiable.
Algunos archivos de fácil acceso son:
El material gráfico debe empezar a contemplarse a la par de las ideas. Cuando se piensa en lo que se quiere exponer, argumentar, describir o narrar, se debe pensar también en las imágenes que acompañarán nuestro texto. Se pueden considerar cuestiones como dónde incluir las imágenes, cómo incluirlas y con qué idea se articularía cada una. Valga decir que no es recomendable que las imágenes aparezcan como un adjunto al final del documento; su presencia debería ser, más bien, transversal, debe haber acompañamiento y complementariedad con las ideas escritas. Además, la intención es que la persona, durante su momento de lectura, no tenga que desplazarse de una a otra parte del documento.
Ahora bien, un texto se fortalece con el uso efectivo del material gráfico (y viceversa). Las imágenes toman sentido cuando hay claridad en las ideas. Estos son algunos pasos sugeridos para pensar el material gráfico en el plan textual:
Una vez terminado el plan textual, empiece su proceso de escritura. El diseño o la forma de ubicar las imágenes dependen del estilo de cada estudiante. Lo importante es que su presencia no fragmente el texto.
Este recurso pedagógico le pertenece a la Universidad de los Andes y está protegido por derechos de autor. Así mismo, el recurso se encuentra amparado bajo la licencia de Atribución - No comercial - Sin derivar de Creative Commons.
Bajo los términos de esta licencia, se permite descargar este recurso y compartirlo con otras personas, siempre y cuando se reconozca su autoría. No obstante, la licencia impide modificar este material y prohíbe utilizarlo con fines comerciales. Para reconocer la autoría de este recurso le recomendamos citarlo y referenciarlo según las normas del formato que rija su disciplina o su publicación.
Cra 1 Nº 18A- 12
Bogotá, (Colombia)
Código postal: 111711
Tels: +571 3394949
+571 3394999
© - Derechos Reservados Universidad de los Andes