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Uso de fuentes en la escritura académica

Uso de fuentes en la escritura académica

Recurso elaborado por José David Pico¹

Este recurso explica la importancia del uso de citas en la escritura académica y ofrece pautas concretas para articular fuentes en un texto propio. Así, la guía define la citación con respecto a tres momentos del proceso de escritura (planeación, redacción y edición), en los cuales las citas se seleccionan, se insertan y se revisan. Hacia el final del recurso, se presenta un compendio de errores comunes en los procesos de uso de citas, junto con una serie de recomendaciones para solucionarlos.

*Tenga en cuenta que este recurso se encuentra asociado a un conjunto de ejercicios personalizados que le permitirán poner en práctica los contenidos de esta guía. Para acceder a estos ejercicios, por favor haga clic aquí.

Tabla de contenido

Introducción

La citación es el proceso mediante el cual se planea, se ejecuta y se reconoce la inclusión de ideas de otros autores en la construcción de un texto propio. La importancia de esta práctica dentro de la vida universitaria suele justificarse mediante consideraciones relativas a la evitación del plagio. Sin embargo, la citación es crucial dentro del ejercicio académico por motivos adicionales. Fundamentalmente, la citación evidencia el hecho de que la construcción del conocimiento académico es colectiva. Esto significa que la producción de textos en la academia implica un diálogo permanente con las ideas de otros autores, que pueden o no estar alineados con aquello que un investigador busca exponer o demostrar. En este sentido, la citación ayuda a dar cuenta de las conversaciones que se establecen entre miembros de una comunidad o una corriente académica. Además, la citación permite reconocer la autoría de las contribuciones que cada autor ha realizado en el marco de una determinada discusión o área del conocimiento. Por último, la citación posibilita que los lectores de un escrito cuenten con la información necesaria para ubicar, si así lo desean, las fuentes que nutrieron un trabajo. En síntesis, la importancia de citar supera con creces la necesidad de evitar las consecuencias disciplinarias del plagio.

Es importante tener en cuenta que la citación está presente a lo largo de todo el proceso de escritura. De acuerdo con esto, en las fases de planeación y lectura acontece un ejercicio de selección y análisis de fuentes fiables y pertinentes, que luego serán citadas. Luego, al momento de escribir, las fuentes se articulan de forma intencionada y clara con los planteamientos propios. Finalmente, en las fases de revisión y reescritura se debe verificar que las citas estén adecuadamente vinculadas con el resto del texto y que el uso del formato de citación y referenciación sea consistente y correcto. Los siguientes apartados del presente recurso profundizan en las formas en que la citación está asociada a los distintos momentos del proceso de escritura.

1. Antes de la escritura: seleccionar fuentes fiables y pertinentes

La producción de un texto académico requiere de unos momentos iniciales, en los cuales se realiza una búsqueda y lectura de fuentes que le permitan al autor contextualizar y entender el tema que abordará en el escrito. Después, este proceso se complementa con la planeación del texto, fase en la cual se define preliminarmente la estructura del trabajo y las ideas que lo compondrán. Aquí también es relevante acudir a fuentes y lecturas que permitan organizar y desarrollar los planteamientos. De esta forma, y como se mencionó anteriormente, desde las primeras etapas del proceso de escritura académica se pone de manifiesto que esta práctica implica, en esencia, una conversación con las ideas de otros autores. Sin embargo, ¿cómo han de elegirse las fuentes con las cuales se dialogará en un texto? Para comenzar, es útil preguntarse por la fiabilidad de las fuentes consultadas. Aunque no exista una fórmula precisa para determinar inequívocamente si un material es fiable, los siguientes criterios pueden ser tenidos en cuenta durante esta labor:

  • Los textos revisados por pares tienden a ser más fiables que aquellos que no han atravesado ese proceso. La revisión de pares es un procedimiento mediante el cual académicos expertos evalúan y comentan textos potencialmente publicables, con el fin de decidir si aprueban o no su publicación. Este proceso contribuye a garantizar la calidad de los escritos que finalmente se publican, por lo cual es útil remitirse a fuentes que implementen dicha práctica. Por lo general, las revistas indexadas hacen uso de la revisión por pares. Para verificar si un material ha atravesado este proceso, consulte las condiciones de publicación del medio en el que aparece.
  • Los textos ampliamente citados son, probablemente, fiables. El hecho de que un escrito haya sido incorporado numerosas veces en distintas publicaciones sugiere que otros académicos lo consideran pertinente y válido. Plataformas como Google Académico, Scopus Web of Science ofrecen información sobre la cantidad de veces que una publicación académica ha sido citada. No obstante, cabe señalar que un texto escasamente citado no carece por ello de fiabilidad, dado que es posible que se trate de un documento de calidad que no haya recibido, por diversos factores, la atención merecida.
  • La experticia o las credenciales de un autor hacen probable que sus producciones académicas sean fiables. Es útil indagar por la trayectoria, la formación y el historial de publicaciones de un investigador. En efecto, es razonable asumir que un escrito es de alta calidad cuando su autor cuenta con un amplio número de textos publicados, cuando ha cursado una formación académica sólida o cuando está adscrito a una institución acreditada. Sin embargo, esto no implica que los académicos expertos sean infalibles ni que las producciones de autores con menos experiencia o reconocimiento sean, por ello, desdeñables.
  • En áreas que apliquen el método científico, los textos que señalan explícita y detalladamente sus metodologías y resultados de investigación poseen un grado de fiabilidad más alto. Por un lado, la presentación completa de la metodología permite que otros investigadores repitan los procedimientos utilizados en el estudio para verificar si sus resultados son replicables. Por otro lado, la publicación de todos los resultados (incluso aquellos que no favorecen las hipótesis de un autor) denota integridad académica y permite entender el panorama completo de lo que ocurrió en la investigación.

En síntesis, la fiabilidad de un texto puede entreverse a partir de características como su proceso de publicación, la cantidad de veces que ha sido citado, la trayectoria y experticia de su autor o el grado de exhaustividad de la exposición de su metodología y sus resultados. Ahora bien, además de determinar si una fuente es fiable en sí misma, al momento de planear la elaboración de un texto también es importante establecer qué papel cumplirán las citas dentro del escrito. Para esclarecer esto, se sugiere considerar las siguientes dos preguntas:

  • ¿Qué tipo de texto escribiré? En el ámbito académico es posible construir diversos tipos de textos: resúmenes, reseñas, escritos argumentativos, artículos de investigación, entre otros. En cada caso, el uso de fuentes varía. Por ejemplo, en un resumen las citas tenderán a apoyar la exposición de las ideas y características del material resumido. Paralelamente, en el caso de una reseña las fuentes podrían usarse para presentar o sustentar el juicio crítico formulado por el autor. Más aún, en la construcción de un texto argumentativo se recurre a citas para sustentar una tesis, mediante la formulación de argumentos y contraargumentos. Por último, el uso de fuentes en la escritura de un artículo responde a distintos propósitos, tales como: delimitar un tema de investigación, establecer un marco teórico, interpretar resultados, etc. En este sentido, el tipo de texto que se escribe determina en buen grado el uso que se le dará a las fuentes consultadas. Tener esto claro de antemano permite seleccionar con mayor precisión las fuentes y las citas que apoyarán la construcción de un texto.
  • ¿Qué rol cumplirá cada fuente en el marco de mi escrito? En la viñeta anterior se estableció que, según el tipo de texto que se escriba, las citas tenderán a cumplir determinados propósitos generales. Sin embargo, conviene también definir la función específica que, en cada sección de un escrito, cumplirán las fuentes seleccionadas. Así, puede que un conjunto de fuentes se necesiten para contextualizar a los lectores en la introducción del texto, mientras que otras puedan ser requeridas para definir un concepto, presentar un dato o hacer mención de una teoría. De igual modo, en el caso de escritos argumentativos o de investigación, es útil determinar si las fuentes son afines o contrarias a la postura que se quiere sustentar en el texto. Las fuentes que se alinean con la propia postura son idóneas para construir argumentos que contribuyan a defenderla, mientras que aquellas que van en contravía de lo que un autor propone pueden usarse para anticipar posibles objeciones y responderlas mediante contraargumentos. De esta forma, la incorporación de una fuente dentro de un texto nunca es arbitraria, sino que responde a una intención del autor y cumple con una función puntual en el marco del escrito.

En suma, durante la fase de planeación de un escrito resulta crucial determinar el tipo de texto que se escribirá y el rol específico que cada fuente cumplirá en él. Dilucidar estos dos elementos contribuye a seleccionar de forma intencionada las citas y fuentes que se incluirán en el trabajo. En el siguiente apartado se exploran las formas en las cuales los materiales seleccionados se incorporan, de hecho, en la escritura de un texto. No obstante, antes de continuar cabe realizar una aclaración importante.

En esta sección se exploró cómo la planeación de un escrito incluye la selección y lectura de fuentes fiables que estén alineadas con el tipo de texto que se redactará y cumplan una función específica en él. Ahora bien, ni la fiabilidad de una fuente ni su pertinencia en la construcción de un texto dependen del hecho de que esta sea considerada una fuente primaria o secundaria. Esta distinción sencillamente apunta a que las fuentes primarias son aquellas que describen u ofrecen información directa o de primera mano sobre un tema u objeto de estudio, mientras que las fuentes secundarias son aquellas que describen u ofrecen una interpretación, un comentario o un análisis de la información proveída por las fuentes primarias. Ambos tipos de fuentes pueden ser igualmente fiables y relevantes para el desarrollo de un texto.

2. Durante la escritura: articular las citas con el resto del texto

Luego de realizar los pasos necesarios para seleccionar y leer fuentes fiables y pertinentes, es momento de incorporarlas en el escrito que se busca construir. En este punto es importante recordar la diferencia entre fuentes y citas. Por una parte, una fuente es el material completo (por ejemplo, el artículo académico o el libro) que se ha seleccionado según las pautas sugeridas en el apartado anterior. Por otra parte, una cita constituye un fragmento específico de la fuente, que será articulado dentro del propio texto. En este sentido, de una misma fuente pueden obtenerse diversas citas para desarrollar un escrito. Entonces, durante la fase de escritura propiamente dicha, es necesario elegir citas específicas de las fuentes y vincularlas con los planteamientos propios.

Ya hemos visto cómo la escritura académica es, por definición, un diálogo en el que confluyen las voces y perspectivas de distintos autores. A partir de esta idea es posible afirmar, entonces, que la conversación que se establece con otras fuentes debe ser organizada y fluida. Esto implica que las citas no deben ser meramente depositadas o “arrojadas” sin contexto o desarrollo alguno dentro de un escrito, sino que debe hacerse un trabajo cuidadoso por entretejerlas con el resto de la redacción. Así, un escrito que recurra a fuentes no es un compendio desarticulado de ideas propias y ajenas, sino un documento que evidencia un diálogo armónico con diversos autores. Para conseguir esto último, se sugiere incluir los siguientes tres elementos a la hora de vincular una cita dentro de un texto:

  • Contextualización o presentación de la cita. Siempre que se incluya una cita dentro de un texto esta debe ser precedida por una pequeña introducción. Lo anterior puede lograrse mediante la redacción de una o algunas oraciones que recapitulen lo que se venía desarrollando en el escrito y luego den a entender que, a continuación, se presentarán las ideas de otra persona. Existen algunos conectores discursivos y expresiones que pueden ser útiles en esta tarea. Así, luego de presentar el tema del que se hablará, es posible establecer formulaciones como las siguientes:

 -De acuerdo con esto, la teórica Finnegan considera que “…”

-Un ejemplo de lo anterior puede verse en la obra de Ruiz-García, quien afirma: “…”

-Esto se aleja de la interpretación de Slovsky, según la cual “…”

-Entenderemos este concepto desde la perspectiva de Tangarife, para quien “…”

El uso de este tipo de construcciones permite hacer un tránsito fluido entre los planteamientos propios y la cita que será insertada en el texto.

  • Inclusión de la cita y sus datos bibliográficos. Luego de presentar la cita mediante algunas oraciones de contextualización y transición, es posible incluirla en el escrito. Existen dos formas básicas de llevar a cabo este proceso, a saber, mediante citas directas (o textuales) y citas indirectas (o paráfrasis).

-Citas directas. Estas citas también se denominan textuales porque hacen uso de las palabras exactas de la fuente, sin ningún tipo de modificación. Es necesario utilizar citas directas en los casos en los cuales deban presentarse las palabras originales de la fuente (por ejemplo, en análisis filosóficos o literarios, en la reproducción de entrevistas, testimonios o declaraciones o en documentos legales). La implementación de citas directas en estas circunstancias le garantiza a la audiencia que el autor reprodujo de forma auténtica el contenido de aquello que citó. Otros criterios para preferir el uso de citas directas incluyen la facilidad con la cual la redacción del fragmento citado se ajusta al resto del texto, así como la brevedad de la cita. En este orden de ideas, si el fragmento que se desea citar es demasiado extenso o si la forma en la que está escrito no permite integrarlo orgánicamente con el resto del texto, puede considerarse la opción de hacer uso de citas indirectas.

-Citas indirectas. En estas no se toman las palabras exactas del texto, sino que quien cita reconstruye la idea expresada en la fuente y la plantea en sus propios términos. A este ejercicio, en el que se busca ser siempre fiel al contenido de la fuente, se le denomina también parafraseo. Las citas indirectas son particularmente útiles cuando se busca hacer referencia a una idea que está dispersa a lo largo de la fuente original y que no puede identificarse en un fragmento único o breve. De igual modo, cuando la redacción de la cita no es fácil de integrar con el resto del documento, el parafraseo permite hacer los ajustes necesarios para que el contenido de la fuente se vincule de forma armónica en el contexto del escrito. Para tener una guía de cómo se formulan citas indirectas, sugerimos consultar nuestro recurso ¿Cómo y por qué parafrasear?

Ahora bien, con independencia de si se elige incluir citas directas o indirectas, los distintos formatos de citación prescriben pautas para acompañarlas mediante marcas de cita que incluyan información bibliográfica básica sobre la fuente que se citó. Por lo general, los formatos indican la necesidad de señalar datos como el apellido del autor, la fecha de publicación de la fuente o (si aplica) la página de la cual se extrajo el fragmento citado. Estos elementos permiten que los lectores puedan rastrear la fuente, así como los apartados específicos que fueron citados en el texto. Consulte cómo presentar las marcas de cita según los principales formatos de citación en los recursos asociados a nuestra pestaña de citas y referencias.

  • Explicación o cierre de la cita. Así como es necesario presentar o contextualizar una cita, también lo es explicarla o darle un cierre después de haberla incluido. Nuevamente, esto puede lograrse mediante una serie de oraciones que reiteren el contenido de la cita, lo desarrollen o lo aclaren y lo vinculen de nuevo con el planteamiento del texto. Este paso es necesario para que la audiencia evidencie que el autor comprendió a cabalidad la cita y logró conectarla con sus propias ideas. Una vez más, es posible recurrir a ciertas expresiones de enlace y conectores discursivos para explicar una cita. Considere, por ejemplo, las siguientes posibilidades:

-Lo que indica esta autora significa, entonces, que…

-En otras palabras, Mundstock está proponiendo que…

-En este sentido, lo anterior contribuye a demostrar que…

-Vemos así cómo, desde la perspectiva de López-Plazas… 

Elementos como estos pueden situarse después de la cita y permiten hacer una transición fluida entre su contenido y las ideas propias de quien escribe.

En síntesis, a la hora de insertar una cita dentro de un texto, se sugiere incluir tres elementos básicos: (1) la contextualización o presentación de la cita, (2) la cita en sí misma y sus respectivos datos bibliográficos y (3) la explicación o el cierre de la cita. Constate cómo estos elementos están presentes en los siguientes dos ejemplos.

  • Ejemplo de cita directa:

Cada día, los efectos del cambio climático son más evidentes. Sin embargo, las teorías sobre sus causas no están libres de controversia en el terreno político. Una de las nociones que ha causado polémica es la idea del Antropoceno. Quienes acuñaron este concepto coinciden en que el “cambio en la composición de la atmósfera deriva en mayor medida de la quema de combustibles fósiles para generar energía y de la conversión de hábitats naturales a terrenos agropecuarios” (Zamora et al., 2016, p. 67). En este sentido, el concepto de Antropoceno implica que el ser humano es el principal responsable del cambio climático. Esto, a su vez, genera tensiones políticas, pues pone de manifiesto que ciertos gobiernos específicos son mayoritariamente culpables de la crisis ambiental.

  • Ejemplo de cita indirecta:

Como se mencionó anteriormente, el concepto del Antropoceno puede implicar la asignación de responsabilidades políticas con respecto al cambio climático. Sin embargo, también vale la pena preguntarse por la vertiente económica de este debate. A este respecto, se ha visto que la postura de los principales mercados mundiales consiste en obviar la existencia del cambio climático y continuar explotando el globo, sin reconocer que los recursos naturales son finitos (Zamora et al., 2016). Esto significa que la perspectiva de los grandes actores económicos es incompatible con el planteamiento del Antropoceno, pues denota indiferencia frente al hecho de que la actividad humana ha alterado el clima. Así, estamos ante un escenario paradójico, en el cual los mayores culpables de las emisiones de carbono deciden no hacer parte de la discusión.

3. Después de la escritura: aplicar el formato de citación y revisar el texto

En el apartado anterior se sugirieron pautas para articular una cita dentro de un escrito. Allí se señaló que es importante acompañar los fragmentos citados por marcas de citas que proporcionen (según el formato) información bibliográfica básica sobre la fuente. Además de esto, luego de haber incluido la cita en el texto se requiere crear la respectiva referencia bibliográfica que contenga el resto de datos necesarios para que la fuente pueda ser identificada y ubicada. La mayoría de formatos de citación indica que las referencias deben agruparse en una lista al final del texto. Sin embargo, las formas específicas en que se construyen y se organizan dichas referencias varían según cada formato. Por ello, y para conocer las demás disposiciones prescritas por cada estilo de citación, reiteramos la sugerencia de consultar los recursos asociados a nuestra pestaña de citas y referencias. La elección de uno u otro formato de citación depende de las convenciones de cada disciplina, de las instrucciones que brinden los docentes al interior de sus cursos o de las condiciones establecidas por las revistas y editoriales en las que se desee publicar. De cualquier manera, es esencial verificar que el propio texto cumpla con las normas de formato que correspondan en cada caso para que su publicación y su circulación al interior de las comunidades académicas sean viables. 

Después de aplicar el formato de citación, es necesario revisar nuevamente el fragmento en el que se ha introducido la cita. El proceso de escritura no culmina con la primera versión de un texto. Luego de esto, el escrito debe releerse pausada y críticamente, en búsqueda de errores, para luego editarlo según corresponda. El objetivo de estas siguientes rondas de revisión y corrección es pulir al máximo el texto para que la versión final sea lo mejor posible. De acuerdo con esto, en el caso de los textos que hacen uso de citas, además de revisar aspectos de gramática, ortografía y puntuación, es importante chequear los siguientes elementos:

  • ¿La fuente de la que provino la cita es fiable?
  • ¿La cita elegida cumple una función clara y específica dentro del texto?
  • ¿La cita se contextualiza y se anticipa de forma adecuada antes de ser insertada?
  • ¿Se eligió el tipo de cita (directa o indirecta) adecuado?
  • ¿La cita se acompaña de los datos bibliográficos indicados por el formato de citación?
  • ¿La cita se explica y se conecta con el resto del texto después de ser insertada?
  • ¿Las demás pautas del formato de citación se aplican de forma consistente y correcta?

Estas preguntas, que recapitulan las principales sugerencias hechas en esta guía, ayudan a verificar si el uso de citas en un texto académico se realizó de forma intencionada, articulada y clara. Como recurso adicional para promover el correcto uso de citas, a continuación se presenta un compendio de cinco errores comunes en los procesos de citación, asociados con algunas estrategias para corregirlos. 

Errores comunes en la citación

Los cinco errores que se presentan a continuación se ilustran, inicialmente, mediante ejemplos. Para comenzar, lea el ejemplo bajo el subtítulo “error”, preguntándose por qué allí se pone de manifiesto una equivocación. Luego, analice la corrección sugerida para entender qué cambió con respecto al ejemplo original. Por último, consulte el recuadro de explicación para obtener más información sobre cada caso.

Error # 1: no citar cuando es necesario hacerlo

Error

Corrección

Diversos autores afirman que el cambio climático es un problema derivado del contexto político y cultural del capitalismo. Sin embargo, otras posturas manifiestan que la noción de lo humano es artificial, por lo que el cambio climático no es necesariamente un proceso adverso, sino una transformación más de la realidad material de la Tierra.

Autores como Eileen Crist (2007) y Jason Moore (2016) afirman que el cambio climático es un problema derivado del contexto político y cultural del capitalismo. Sin embargo, posturas como la de Tim Ingold (2018) manifiestan que la noción de lo humano es artificial, por lo que el cambio climático no es necesariamente un proceso adverso, sino una transformación más de la realidad material de la Tierra.

Explicación: el fragmento de la izquierda incurre en el error de no especificar a qué autores se refiere. Esto hace que el planteamiento no pueda asociarse a fuentes concretas que le otorguen validez y sustento. La solución a este problema consiste, pues, en citar explícitamente a los autores vinculados con las ideas expresadas en el texto, como se hace en la columna de la derecha.

 

Error # 2: citar conocimiento común

Error

Corrección

Estados Unidos es un país ubicado en Norte América; su frontera norte colinda con Canadá y su frontera sur, con México (Enciclopedia Británica, 2021). Actualmente, este país enfrenta una guerra comercial con China. Esto ha generado inestabilidad global en el mercado de las tierras raras, debido a los bloqueos impuestos por Estados Unidos (Hogan, 2021).

Actualmente, Estados Unidos enfrenta una guerra comercial con China. Esto ha generado inestabilidad global en el mercado de las tierras raras, debido a los bloqueos impuestos por Estados Unidos (Hogan, 2021).

Explicación: en el fragmento errado se explica conocimiento común, a saber, la ubicación geográfica de los Estados Unidos. Aunque existan personas que puedan desconocer esta información, su especificación no es relevante para el texto. De hecho, la primera cita del fragmento errado distrae a los lectores de la idea más importante (situada al final) y hace que el escrito sea innecesariamente extenso. Por eso, la solución propuesta en este caso consiste, simplemente, en suprimir la cita referida a conocimiento común.

 

Error # 3: citar sin usar el formato correcto

Error

Corrección

Un estudio realizado en la Universidad de Warwick demostró que existe una relación directa entre los cambios drásticos de temperatura y la parálisis de músculos faciales (especialmente el músculo de Bell) https://link.springer.com/article/10.1007/s00415-019-09282-4.

Recientemente se demostró que existe una relación directa entre los cambios drásticos de temperatura y la parálisis de músculos faciales (especialmente el músculo de Bell) (Zhang et al., 2020).

Explicación: en el fragmento de la izquierda la cita no se acompaña de la información bibliográfica necesaria para ubicar la fuente. En dicho ejemplo se menciona la institución en la que se realizó el estudio y el enlace en el que está alojado el material. Sin embargo, ningún formato establece que estos son los datos requeridos para construir la marca de la cita. En contraste, la corrección del fragmento se acoge al formato APA y señala los autores y el año de publicación del trabajo.

 

Error # 4: no articular la cita con el texto

Error

Corrección

“se le concibe para referirnos a los tiempos recientes en los que el ser humano se ha convertido en una fuerza dominante en la transformación de la Tierra” (Zamora et al., 2016, p. 67). Es importante tener en cuenta que la acción humana es el determinante principal de la transformación global, en lo que al cambio climático se refiere.

El Antropoceno ha surgido como una teoría útil para explicar el acelerado cambio en las dinámicas ambientales globales. Este postulado se refiere a cómo “el ser humano se ha convertido en una fuerza dominante en la transformación de la Tierra” (Zamora et al., 2016, p. 67). Es así como este postulado permite responsabilizar a los humanos por la crisis ecológica global.

Explicación: el ejemplo de la columna izquierda inserta directamente una cita, sin ningún tipo de contextualización o presentación. Esto es un error en la medida en que, de esta forma, no se entiende el sentido de la cita, ni se la conecta con el resto del texto. En cambio, en la columna de la derecha, la cita es antecedida por un par de oraciones que la anticipan y que permiten integrarla fluidamente a la redacción del escrito.

 

Error # 5: no hacer uso de fuentes fiables

Error

Corrección

Para Aristóteles, hay una relación directa entre la ética y la administración de la polis. Esto se debe a que “la política es el bien moral para todos los ciudadanos, en otras palabras, la política es lo que llamamos ética pública” (Anónimo, 2015). En este sentido, la administración de una ciudad busca, ante todo, la consecución del bien colectivo. 

Referencia

Anónimo. (2015). Aristóteles – Ética a Nicómaco. Filosofía Apuntes. http://filosofiapuntes.blogspot.com/2015/11/aristoteles-etica-nicomaco-libro-i.html  

Para Aristóteles, hay una relación directa entre la ética y la administración de la polis. Concretamente, la ética se concibe como un ejercicio público orientado hacia un proyecto de vida buena. Por lo tanto, la ciencia de la administración pública o ciencia política debe de ser el centro de la filosofía, ya que es la disciplina que propende por el bien supremo de una comunidad (Aristóteles, 349 A.C./1993).

Referencia

Aristóteles. (349 A.C./ 1993). Ética nicomáquea. (Bonnet, J, Trans.). Madrid: Gredos.

 

Explicación: la diferencia fundamental entre ambos fragmentos yace en el tipo de fuente que citan. En el fragmento errado, el autor se refiere a un blog personal que no tiene un autor identificable, que no está asociado a ninguna editorial o institución académica y que muy seguramente no siguió un proceso de revisión por pares. Todas estas características hacen que la fiabilidad de dicha fuente sea dudosa. En contraposición, en el fragmento corregido se cita una obra reconocida, que cuenta con un autor claro (y, por demás, célebre) y que fue publicada por una editorial de renombre. Estos datos permiten confiar en la calidad de la fuente usada para redactar el fragmento.

Conclusión

En este recurso se exploró cómo el uso de citas es una práctica mediante la cual se articulan planteamientos propios y ajenos en la escritura de textos académicos. La citación atraviesa de forma transversal el proceso de escritura, pues está presente desde las fases iniciales de la construcción de un texto (en las que se selecciona y lee fuentes confiables para planear un escrito) hasta las últimas etapas (en las que se revisa y se edita un trabajo). Más aún, esta guía hizo hincapié en la necesidad de vincular de forma explícita y fluida las citas (sean estas directas o indirectas) con los planteamientos propios. Hacer esto, y cumplir con la aplicación consistente de las normas prescritas por los formatos de citación, contribuye a que un texto académico sea publicable y refleje el diálogo que un escritor sostuvo con otros autores.

Bibliografía

Referencias

  • Anónimo. (2015). Aristóteles – Ética a Nicómaco. Filosofía Apuntes. https://filosofiapuntes.blogspot.com/2015/11/aristoteles-etica-nicomaco-libro-i.html
  • Aristóteles. (349 A.C./ 1993). Ética nicomáquea. (Bonnet, J, Trad.). Gredos.
  • Crist, E. (2007). Beyond the climate crisis: a critique of climate change discourse. Telos, 141, 29-55.
  • Ingold, T. (2018). Anthropology: Why it Matters. Polity Press.
  • Moore, J. W. (2016). Anthropocene or capitalocene? Nature, history, and the crisis of capitalism. PM Press.
  • Owen, W., Beeman, R. R., Donald, D.H., et al. (2021, Agosto 8). United States. Encyclopedia Britannica. https://www.britannica.com/place/United-States
  • Zamora, M. E., Huerta, A. H., Maqueo, O. P., Badillo, G. B., & Bernal, S. I. (2016). Cambio global: el Antropoceno. CIENCIA ergo-sum, 23(1), 67-75.
  • Zhang, W., Xu, L., Luo, T. et al. (2020). The etiology of Bell’s palsy: a review. Journal of Neurology, 267, 1896–1905. https://doi.org/10.1007/s00415-019-09282-4

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